domingo, 12 de febrero de 2012

Baltasar Garzón, la caída de un mito

El Tribunal Supremo español acaba de publicar la sentencia por la que condena a Baltasar Garzón por  "delito de prevaricación del artículo 446.3º, en concurso aparente de normas (artículo 8.3) con un delito del artículo 536, párrafo primero, todos del Código Penal, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de catorce meses con una cuota diaria de 6 euros, con responsabilidad personal subsidiaria conforme al artículo 53 del Código Penal, y once años de inhabilitación especial para el cargo de juez o magistrado, con pérdida definitiva del cargo que ostenta y de los honores que le son anejos, así como con la incapacidad para obtener durante el tiempo de la condena cualquier empleo o cargo con funciones jurisdiccionales o de gobierno dentro del Poder Judicial, o con funciones jurisdiccionales fuera del mismo, así como al pago de las costas procesales, incluidas las de las acusaciones particulares. Sin condena en cuanto a responsabilidad civil."

Se trata de una condena por unanimidad de los 7 magistrados que componen la sala. Las 69 páginas de la sentencia son impecables desde el punto de vista de jurídico. Ha quedado probado que el magistrado Baltasar Garzón como instructor de una causa autorizó la interceptación de las comunicaciones entre abogados y defendidos. Según la sentencia esa resolución injusta se dictó a sabiendas que se estaba vulnerando el derecho a la intimidad y de la defensa. El artículo 536.1 establece que "la autoridad, funcionario público o agente de éstos que, mediando causa por delito, interceptare las telecomunicaciones o utilizare artificios técnicos de escuchas, transmisión, grabación o reproducción del sonido, de la imagen o de cualquier otra señal de comunicación, con violación de las garantías constitucionales o legales, incurrirá en la pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público de dos a seis años. La única excepción que se prevé en la Ley Orgánica Penitenciaria en su artículo 51 para interceptar en las prisiones las comunicaciones entre abogado y cliente  se encuentra en los casos de terrorismo, que no es el caso.

Hasta aquí el fallo. A mi juicio se trata de una buena sentencia con un efecto a largo plazo excelente: queda claro que la comunicación entre abogado y cliente es esencial en el derecho de defensa y, en España sólo en un caso extremo -el de terrorismo- pueden ser grabadas en las prisiones por la autoridad judicial según el citado artículo 51.

Por ello, este caso no habría tenido ninguna repercusión mediática a nivel nacional o internacional si el condenado hubiese sido cualquier otro magistrado o juez. Incluso desde cualquier frente de defensa de los derechos humanos la sentencia habría obtenido los máximos elogios. Sin embargo, al tratarse del magistrado Baltasar Garzón nos hemos encontrado con una campaña de comunicación pro-Garzón durante  y después del proceso. Además, hemos podido escuchar "escandalosas" manifestaciones de gobiernos extranjeros, representantes de la ONU, políticos en los que concurre -al parecer circunstancialmente- la condición de catedrático de derecho constitucional, políticos ágrafos que largan su doctrina con una gran verborrea y, en general, personas en las que su corazón puede más que su razón, aunque en algunos casos es la razón la que modela el discurso eminentemente político y que tratan de criminalizar a la derecha, al Partido Popular, a la venganza de los condenados por el GAL, al corporativismo de jueces y magistrados, a la envidia... o no se sabe bien a quién, como responsables de una sentencia que no se han leído, pero que ya consideran que es injusta.

Es difícil sustraerse a estas consideraciones extrajudiciales. El punto de partida debe ser el de la realidad: Garzón se convirtió en un mito. Para los que somos gallegos, el emblema de la lucha contra el narcotráfico. La punta de lanza contra un polvo blanco -a farina- que mató y desilusionó a toda una generación. Tengo amigos que sentirán como suya la condena a Garzón y, lo siento por ellos. Garzón fue una persona que se rodeó de extraordinaria estima ( acepción tercera  de "mito" según la Real Academia de la Lengua). Sus persecuciones de los genocidas sin limitación de fronteras, de la corrupción a todo nivel... le hicieron acreedor de ese reconocimiento a nivel internacional y nacional. De hecho fue utilizado de forma política cuando Felipe González, en sus peores momentos, lo incluyó como número dos del PSOE en la lista por Madrid, justo después de su nombre. Aunque el PSOE consiguió ganar las elecciones, aquello no salió bien para el juez y, Garzón en menos de un año peregrinó por los tres poderes: fue Magistrado de la Audiencia Nacional, Diputado en Cortes y Delegado en la lucha contra la Droga con rango de Secretario de Estado, cargo que al parecer no le satisfizo, pues esperaba ser Ministro, para volver a la Magistratura e iniciar la persecución del caso del GAL (la lucha sucia del PSOE contra el terrorismo de ETA).


Pero quizás Garzón sea un mito en otro sentido, en la acepción cuarta de nuestro diccionario de la Real Academia de la Lengua: persona  a la que se atribuyen cualidades o excelencias que no tiene, o bien una realidad de la que carece. Hay otra realidad que describe a un Garzón más preocupado por sus éxitos mediáticos o por sus amigos, que por el estudio de la ley, la preparación minuciosa de los sumarios... un profesional de la judicatura muy inferior a la media y, así se aluden a distintos casos en donde los errores de la instrucción llevaron a escandalosos fracasos de los juicios. Cuando en su declaración ante el Tribunal Supremo comenzó diciendo "yo creía que..." venía a reconocer implícitamente que el Derecho operaba en segundo lugar, después de sus creencias.

El problema de los mitos es que se resisten a caerse de la peana. Además son utilizados por unos y por otros para enarbolar cualquier bandera -en España  la republicana o la de la hoz y el martillo-, sirven como argumento para enviarse como arma arrojadiza al adversario político como está haciendo el PSOE: «la ruina del juez no se debió a investigar las fosas del Franquismo, sino a que se atrevió con la corrupción del PP, y esto hace peligrar la igualdad ante la ley» aunque se reconozca que no se ha leído la sentencia, y se reafirme en su juicio al decir; «pero que la lea no va a cambiar nada de lo que le acabo de decir» (pueden verse estas manifestaciones en ABC Radio). Lo malo de estas afirmaciones es que pueden ser un arma arrojadiza, como lo es un boomerang y, al final el empleo del ventilador de las inmundicias puede llegar a quienes la empiezan a arrojar o ¿no fueron los propios del PSOE quienes se juramentaron contra Garzón por su investigación del GAL que llevó a la prisión al Ministro y Secretario de Estado de Interior de dicho partido?

De todo este asunto quedan unas quejas: la múltiples recusaciones interpuestas por Garzón, el delito de  cometido por el magistrado, la imposibilidad de la doble instancia penal de los aforados -que no pueden apelar la sentencia del Tribunal Supremo- (fundamento de derecho primero, punto 2), las manifestaciones escandalosas de unos y otros y, en definitiva, el desprestigio que se ha tratado de trasladar a los magistrados del Tribunal Supremo.

Por otro lado hay varios aspectos que considero dignos de señalar: la sentencia que se dicta por unanimidad (7 de 7) es clara, concisa y de calidad jurídica.  Además, que los amigos son los amigos y que Baltasar Garzón aún como condenado, tiene buenos amigos, dentro y fuera de la judicatura. Pero quizás el más importante es que con esta sentencia se reconoce que todos somos iguales ante la Ley y que hasta los mitos son susceptibles de ser condenados por errores o lo que fuera.

Soy de los que le gustaría que Baltasar Garzón encontrara acomodo en el mundo jurídico fuera de la judicatura, pues las otras dos causas pendientes y esta sentencia han determinado que sus días como magistrado  han finalizado.  ¡Ojalá fuera declarado inocente en las dos causas pendientes!, pero mucho me temo que hay pruebas contra un Juez que se equivocó, como todos los mortales nos equivocamos.



12 comentarios:

Manuel Sanchez de Diego dijo...

Finalmente el ex-Magistrado Garzón fue absuelto en el asunto de las fosas del franquismo. Lean una excelente referencia en http://hayderecho.com/2012/02/29/sentencia-del-ts-en-el-caso-%E2%80%9Cgarzon-iii%E2%80%9D-o-el-de-la-memoria-historica/

En el asunto de los pagos a los cursos que organizó en Nueva York se consideró que habían prescrito.

Lara A. Charro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lara A. Charro dijo...

Me atrevería a decir que a estas alturas resulta casi sorprendente encontrarse con un artículo que defienda la condena y la inhabilitación de Garzón. Extraña y, sin embargo, debería ser lo lógico. Si siete magistrados lo han decidido por unanimidad, por algo será. Y además, tal y como explica usted en el blog, la ley es muy clara en este caso.

Lo que ocurre aquí no es otra cosa que lo que también señala usted. El poder mediático se hace cada día más fuerte, y muchas veces parece que basta con caerles simpáticos a los periodistas o responsables de turno para que a uno le saquen guapo en primera plana. Además, creo que este caso se ha visto aun más mediatizo al sumársele las otras dos acusaciones; en concreto la de los crímenes contra el franquismo, que ha levantado muchos apoyos a Garzón tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Tal vez sea un problema de no saber separar las causas. A veces basta con que alguien realice un logro importante para que automáticamente le concedamos el don de la inmunidad, como si ya supiéramos que no va a equivocarse nunca más.

Precisamente a este hilo vienen las palabras del PSOE que usted recuerda en su entrada: “que lo lea no va a cambiar nada de lo que acabo de decir”. Sinceramente, creo que es vergonzoso. No se queda satisfecho López Aguilar con reconocer que no se ha leído la sentencia (y que, por tanto, opina libremente, sin oficio ni conocimiento), sino que además se jacta de imponer su propia impresión frente a un documento analizado, consensuado y razonado por profesionales de la materia.

En fin, ya lo dice la sabiduría popular: cría buena fama y échate a dormir.

Estado 3ºD Álvarez Charro, Lara

Esperanza Martín Rodríguez - 3º D dijo...

Lo que no llego a entender es por qué el juez Garzón ha podido cometer esos errores tan garrafales, se supone que los jueces actúan con la ley en la mano y son conocedores de ella. Será quizás que se ha creido por encima del bien y del mal?
Creo que con la sentencia de las escuchas del caso Gurtel, queda claro que el sistema judicial funciona y que la justicia es igual para todos; pero con la sentencia de los crímenes del franquismo, esta idea se viene abajo, me parece que desde el momento que rechaza admitir una querella contra Santiago Carrillo por los crímenes de Paracuellos, por existir Amnistía,no está aplicando la ley con el mismo rasero y actúa a sabiendas de su mala praxis.
Esto da que pensar, si el Tribunal Supremo se ha querido lavar la cara, lo ha hecho a medias, la duda de su imparcialidad, para mi, queda en el aire.

Anónimo dijo...

El juicio tanto procesal como mediático que ha vivido Garzón no es para menos, siendo la causa más grave la de ordenar escuchas ilegales en el caso Gürtel.

Finalmente las sombras que rodeaban la figura de Baltasar Garzón serán más recordadas que sus luces. Su final e inhabilitación como juez, por un delito de prevaricación y por actuar en contra de las garantías constitucionales, ha dado lugar a un hecho imprudente en la Justicia española al ser juzgado un juez de la Audiencia Nacional. Baltasar Garzón decidió en los últimos años darse un protagonismo utilizando como medio la política primero, concurriendo en el PSOE en las elecciones de 1993 y después utilizó la Justicia, pero en este caso, el del caso Gürtel, se ha sobrepasado de sus competencias, a pesar de que pensara que actuaba correctamente, como él mismo dijo durante el juicio.

Espero que Garzón haya aprendido una buena lección de la sentencia que le juzgaba, que decía así: «La búsqueda de la verdad, incluso suponiendo que se alcance, no justifica el empleo de cualquier medio. La Justicia obtenida a cualquier precio termina no siendo Justicia».

Manuel Mariscal Zabala
2º C Estructura constitucional del Estado español

Anónimo dijo...

El juez Baltasar Garzón ha ejercido una justicia de forma continuada y valiente durante veinte años en la Audiencia Nacional, comprometida con la defensa de los derechos humanos en España y en el mundo contra dictadores, terroristas, corruptos y enemigos de la democracia. El juez Baltasar Garzón ha sido uno de los principales promotores del desarrollo en España del principio de Justicia Universal. Extraordinario juez pero mal instructor.

Estoy totalmente de acuerdo con lo que se dice en la sentencia, impecable judicialmente y con el artículo que comento, pero no es una casualidad que la caída en desgracia de este juez esté relacionada con su decisión de levantar la alfombra criminal del franquismo y la de investigar la corrupción del PP, existen intereses ocultos en dar carpetazo a la actuación del magistrado.

Con anterioridad, Baltasar Garzón había intervenido en el cierre de varios medios de comunicación como la revista de investigación Ardi Beltza, el diario Egin y la radio Egin Irratia, medios a los que acusó de estar vinculados a la organización armada ETA. Años después, los propios tribunales reconocieron que no había pruebas que justificaran tales cierres. Las publicaciones no pudieron reabrirse debido a los daños económicos causados por el cierre forzado. Tamaño atentado contra la libertad de expresión, alentado y respaldado por los medios de comunicación más poderosos del Reino de España, quedó impune y no se criticó a Garzón por suspender libertades con tanta liberalidad.

Curiosamente, Pepe Rei, quien fuera jefe del equipo de investigación de Egin y director de Ardi Beltza, había publicado en 1999 un libro titulado “Garzón, la otra cara”, dando voz a las denuncias de torturas y malos tratos policiales presentadas por prisioneros y familiares de presos vascos acusados de terrorismo y que habían sido desoídas por un Garzón que no dejaba de hacerse la foto con las Madres de Plaza de Mayo.
En estos casos los que se llenan la boca defendiendo la libertad no salieron en defensa de estos atentados contra la libertad de expresión en nuestro país. Paradójicamente el juez Baltasar Garzón es ahora víctima de una campaña promovida por medios de comunicación como El Mundo y sectores de extrema derecha representados por Falange Española y Manos Limpias, campaña de aquellos mismos sectores que en otros tiempos aplaudían la percusión que ejercía el juez sobre los GAL, o sobre ETA aunque en estos casos también se saltase los procedimientos judiciales.

El proceso contra el juez Baltasar Garzón es en realidad un juicio sumario contra los defensores de la Democracia, la Justicia y los Derechos Humanos y a favor de la impunidad de crímenes muy graves de carácter internacional.
El juez Baltasar Garzón representa el modelo de justicia basado en la defensa de los Derechos Humanos conforme con su Derecho Internacional que millones de ciudadanos y víctimas reclaman en todo el mundo. Ya en 2008 el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas recomendó al Estado español la derogación de la preconstitucional Ley de Amnistía de 1977. Este caso vuelve a demostrar la necesidad de la Justicia Internacional. Incluso España, el país que intentó procesar al dictador Pinochet, es incapaz de juzgar su propia dictadura. Y quien lo intenta, es juzgado por ello.

A nivel internacional es una vergüenza la imagen de la justicia Española, sentamos en el banquillo a un juez que es aplaudido y ovacionado en todos los países por donde pasa, defendido incluso por los principales periódicos de los Estados Unidos. Esto demuestra que algo estamos haciendo mal, que nos estamos equivocando y que este no era el momento de enjuiciar a Garzón porque todo el mundo nos está mirando y no hemos estado a la altura.

Miguel Izaguirre Nevado 3ºD
Estructura constitucional del Estado español

Clara dijo...

Dificil hacer un comentario sobre este caso. Es complicado por la cantidad de información que ha circulado sobre el tema a raíz de la fuerza mediática del protagonista.
El profesor tiene razón al apuntar que el juez no debió autorizar esas escuchas... pero tengo entendido que Garzón, cuando le dijeron que no podía hacerlo, decidió desestimar las pruebas que de esas escuchas se pudieran sacar. ¿Aún con esa medida se le condena?

Dejo la duda ahí porque es algo que no me queda claro.
ESTADO 3º D SANCHEZ - REBATO VALIENTE CLARA

Anónimo dijo...

Creo que el análisis de la sentencia que aquí se ha hecho, tanto los comentarios de mis compañeros como la entrada del blog en sí, es muy acertada. La ley es clara, y creo que errores de tal magnitud no pueden quedar impunes, y más si quien los ha cometido es una persona como Baltasar Garzón, quien a mi juicio debería de dar ejemplo de buen hacer y de respeto hacia lo establecido.
Pero más allá de la sentencia, lo que realmente me fascina es la importancia que el poder mediático tiene sobre sociedad en nuestros días. Las decisiones que Garzón tomara durante la década de los noventa han pasado casi inadvertidas para la opinión pública, mientras que en los últimos años, su popularidad ha subido como la espuma. ¿Es que antes ejercía peor su trabajo? Quiero pensar que no; que la fama o la mitificación, no le llevan a uno a tal extremo si se es un buen profesional. Otra cosa es que nos lleve a concedernos licencias, como si de literatura se tratara, y esa profesionalidad se empañe. Y con razón.
Reflexionando un poco más, podemos llegar a la conclusión de que quizá hayan sido las propias fuerzas mediáticas las que han hecho que la sociedad condene al magistrado. Estoy convencida también de que la fama debe de ser como el poder, que una vez probado no puedes dejar de tomarlo y necesitarlo; claro que tampoco es culpa del público que los medios tradicionales e internet nos estén saturando siempre con la idea de que es casi obligatorio convertir en mito cosas naturales y comunes.
Por otro lado, al igual que existen personas con esta necesidad de llamar la atención de la sociedad, es esta misma la que solicita y reclama todos los días alguien a quien seguir y tomar como modelo: en el deporte, la moda, la música, la ciencia… Solo que esta vez, le ha tocado el turno a la ley, a Baltasar Garzón, el último juguete que nosotros mismos hemos roto.

ESTADO 3ºD - Marín Sánchez, Lourdes

El Rincón de Internet dijo...

La opinión pública y mediática es un factor que afecta a la justicia; es decir, los jueces se ven influidos por la forma en que los medios pintan a determinadas figuras que están en boca de la opinión pública.
De esta forma nos encontramos con que una parte de la sociedad se exalta y juzga al poder judicial por la decisión del Tribunal Supremo contra Garzón por un delito de prevaricación que está más que probado. Si analizamos detenidamente el hecho, por un lado, el ex magistrado de la Audiencia Nacional consintió las escuchas entre abogados y acusados, cosa que como se expone no está permitido, salvo en casos de terrorismo; mientras que, a su vez, el juez era perfectamente consciente de lo que estaba haciendo en todo momento, segunda condición para que un juez pueda ser condenado por el caso de prevaricación.
Todo ello hace que la sentencia de los 7 magistrados que componen la sala sea impecable, como se expone anteriormente.
La justicia es la que es y todo buen juez debe regirse por la ley (sin saltarse los principios de jerarquía, coherencia y cohesión) sin dejarse llevar por la opinión pública. Al igual que todo buen periodista debe analizar el hecho y publicarlo tal cual es, sin dejarse llevar por opiniones subjetivas; todo juez que ejercite correctamente su labor deberá actuar en esa misma línea. Por esta razón, creo que, analizando objetivamente los hechos, la sentencia es impecable, es decir, la que debería ser.

FELIPE PULIDO ESTEBAN 3ºD

M. Sánchez dijo...

"con esta sentencia se reconoce que todos somos iguales ante la Ley y que hasta los mitos son susceptibles de ser condenados por errores o lo que fuera". He querido destacar esta frase que aparece al final de la entrada pues creo que se ajusta bastante con mi humilde reflexión acerca del fallo de esta sentencia.
A mi modo de ver, en un Estado de Derecho como es España debe cumplirse la ley y, por supuesto, debemos cumplirla todos. Considero que Baltasar Garzón conocía perfectamente cuáles son los límites hasta los que podía llegar. Si realmente, como ha quedado demostrado, tenía sospechas de que el abogado se estaba saltando la ley, debería haber abierto diligencias e investigarlo pero no saltarse la ley y el derecho fundamental de defensa.
Estas actuaciones deben ser condenadas pues no debemos permitir que los jueces puedan saltarse la ley en determinadas ocasiones, porque sino, ¿dónde estaría el limite?
Al mismo tiempo, no entiendo por qué Garzón ha sido juzgado y condenado mientras que las personas a las que él se encontraba investigando, aún no han sido juzgadas. A mi modo de ver, creo que debería de producirse una reforma en el Poder Judicial, de forma que los casos se resuelvan con una mayor rápidez.

Por otra parte, y aunque creo que el caso no guarda aparentemente ninguna relación, me gustaría que usted me aclarara una cuestión. Es acerca del caso por el que se encuentra imputado Iñaki Undargarín.
En un primer momento, se declara inocente y acusa a su socio, Diego Torres. Las últimas informaciones acerca del caso que nos llegan, son que Iñaki Undargarín y Diego Torres proponen un "trueque" al juez (3,5 millones de euros por no ir a la cárcel). Mi pregunta entonces es la siguiente, ¿un Juez puede tolerar esto? ¿No demuestra esto que son culpables?¿De dónde salen esos 3,5 millones de euros?

MARÍA SÁNCHEZ OCAÑA 3ºD ESTRUCTURA CONSTITUCIONAL

Cristina Rubio Martínez 3ºD dijo...

El caso sobre el juez Garzón no es un caso cualquiera. Sirve para que, como dice usted, la afirmación de que todos somos iguales ante la ley, gane fuerza y credibilidad ante los ciudadanos.
Ante los recientes acontecimientos con Iñaki Urdangarín, para muchos esta afirmación no se cumple, pero yo creo que finalmente todos tendrán su merecido. Aunque no confió plenamente en la justicia española, espero que en este caso se actúe correctamente.

Volviendo al tema del juez Garzón, y siguiendo con los comentarios anteriores, no puedo llegar a entender como pudo saltarse la ley, cuando se supone que los jueces son los máximos conocedores de las leyes.
Puede que debido a su creciente popularidad y con el apoyo de los medios y gracias a sus conocidos, pensara que podría salir impune tras estas investigaciones en las que obtuvo información de forma ilícita.
También quiero destacar la importancia que se le ha dado a este juicio. Los medios de comunicación son un arma muy importante de movilización de la sociedad. Han hecho que miles de personas y personajes públicos salgan a la calle para mostrar su apoyo a Garzón. Además, todo esto se ha visto magníficado por los otros dos casos en los que habia sido acusado.

Para finalizar, y volviendo a la afirmación inicial, unida a su conclusión final, este es un claro ejemplo de que la justicia es igual para todos...y espero que siga siéndolo, sin excepciones.

Adrián Blanco Ramos - Periodismo 3ºD dijo...

A pesar de que han pasado un par de meses desde la condena impuesta sobre el juez Garzón, el tema sigue trayendo cola.

No voy a seguir la línea de los anteriores comentarios por falta de originalidad.
Como se ha comentado, parece que ateniéndonos a criterios técnicos, que la justicia ha sido justa en su aplicación. Nunca mejor dicho. El juez Garzón se excedió en sus competencias.
Pero también es cierto que su figura mediática no le ha ayudado en la acusación.

Quisiera, por tanto, centrarme en que el caso Garzón a día de hoy sigue en las portadas de los periódicos. En dos supuestos fundamentales.
En primer lugar, al exmagistrado le han irritado las declaraciones del secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa.

Dicho secretario declaró recientemente que la escolte de Garzón se reducía a simple “mayordomía”. Incluso llegó a afirmar que su vida corría más peligro por la ciudadanía que por otros motivos.
Garzón, por su parte, contestó al consejero a través de una carta abierta en el PAÍS. En ella sostenía que el servicio policial del que dispone «en el escasísimo tiempo» que está en España es «absolutamente inefectivo». Por ello, hace responsable a Ulloa de su seguridad y se pregunta si el cambio de sus medidas de protección obedece a «razones políticas, ideológicas o de otro orden». También niega que su vida corra peligro por la ciudadanía, como comentaba el secretario, porque los ciudadanos le protegen.
En definitiva, la campaña mediática prosigue. Y sin duda alguna es tarea ardua cuantificar el peligro al que se ve expuesto Garzón. ¿Un guardaespaldas es insuficiente? Por sus palabras parece que sí. ¿Dos, tres son multitud y un gasto innecesario?
En segundo lugar, otra razón por la que Gazón sigue en primera plana es la solictudad para el posible indulto al J que ha presentado. Podría ser que su unfluencia mediática diese un vuelvo a la situaicón. Me hago eco de una noticia recientemente publicada en las páginas de EL PAÍS:

“La asociación de Magistrados Europeos para la Democracia y las Libertades (Medel), en representación de unos 15.000 jueces y fiscales de países miembros de la UE, ha presentado a última hora de la mañana de hoy ante el Ministerio de Justicia la petición de clemencia para que se devuelva al exmagistrado la condición de juez que perdió tras ser condenado por prevaricar en la instrucción del caso Gürtel. Lo hacen porque consideran de una “severidad desproporcionada, indiscriminada y extraordinaria” la pena de 11 años de inhabilitación que impuso el Tribunal Supremo a Garzón el pasado febrero. E insisten en que, cuando el entonces juez de la Audiencia Nacional ordenó grabar las conversaciones de los cabecillas de Gürtel con sus abogados en la cárcel, su motivación no respondía a ninguna “perversion ética” sino al intento de frenar la actividad delictiva de la trama.”
http://politica.elpais.com/politica/2012/05/18/actualidad/1337329766_757864.html

La petición esta ahí, las posibilidades son mínimas, pero puede que Garzón esté aferrándose a su última oportunidad.

Adrián Blanco Ramos - Periodismo 3ºD

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