domingo, 11 de noviembre de 2012

Cataluña y la Independencia

Cataluña me parece una tierra maravillosa. Barcelona es una ciudad con un encanto especial y, las personas que conozco de Cataluña me parecen normales. Dicho todo esto he de aclarar que pese a ser gallego, trabajo y vivo en Madrid. También es significativo que una o dos veces a la semana comparta mesa y tertulia con dos profesores forofos del Barsa -el camarero también lo es.

Sirvan las anteriores palabras para situar lo que se dirá más adelante. Todo ello ha sido expuesto más detenidamente en varios artículos publicados en ElImparcial.es que os animo a que leáis y comentéis:



Sobre Cataluña el primero:

El segundo:

El tercero:
http://www.elimparcial.es/nacional/cataluna-la-integridad-territorial--114062.html

y el último:
http://www.elimparcial.es/nacional/cataluna-la-opcion-final--114416.html

Otro artículo sobre transparencia y derecho de acceso a la infomación pública:

Cualquier comentario puede hacerse en Elimparcial.es, en estas mismas paginas o enviarmelo a manuels@ccinf.ucm.es

3 comentarios:

Anastasía Erina dijo...

Como lo saben todos, después del golpe de 23 de febrero 1981 con sus especulaciones dedicadas a amenazas a la integridad de la patria, desmantelamiento de España etcétera, el país se enfrentó con el problema de elección entre el federalismo y la autonomización. Y la atractiva idea de la federación que fue la experiencia de algunos países occidentales, fue finalmente abandonada en España. Por eso en la Constitución Española hay una cláusula especial: “En ningún caso se admitirá la federación de Comunidades Autónomas”. Asique el modelo en España era algo intermedio entre el centralismo autoritario y la federación desarrollada. Cuando en España se estableció la liberalización, el país cambió su camino hacia Europa y cuando hace poco la soberanía de los países europeos “se derritió” considerablemente y muchas zonas de la UE declaron su deseo de obtener la independencia nacional, las comunidades autónomas de España se despertaron con los sentimientos nacionales. Yo no entiendo a Artur Mas y a 1,5 millones de la gente que le apoya (aunque no es cierto que él tiene tantos seguidores ) porque es evidente que al separarse de España Cataluña no va a integrar en la Unión Europea. Y si todo eso es sólo para obtener el pacto fiscal, pues, tampoco es difícil de entender.

Marta García dijo...

Lo de Catalunya es un poco como aquello que decíamos sobre Madrid o Barça, o monarquía o república, y extendible a Pokémon o Digimon, pizza con o sin piña, blanco o negro, chihuahua o San Bernardo…
No me voy a meter en discusiones sobre lo que hace o deja de hacer Artur Mas, porque la verdad es que considero que el catalanismo nació antes que él, y se ha estado colgando el título de Mesías cuando no busca sino defender intereses particulares.
En mi opinión, el tema de la independencia es una cuestión de sentimientos. No busco entrar tampoco en debates acerca de lo sostenible o no de una independencia desde el punto de vista económico, porque la verdad es que no me fío de los datos que he encontrado. Hay quienes aseguran que Catalunya, por la industria, el comercio, el turismo y el sector servicios, sería capaz de mantenerse a sí misma. Hay otros que opinan que quebraría en menos de lo que se tarda en pronunciar "anticonstitucionalmente". Sea como sea, creo que, por el momento, nadie ha sacado la bola de cristal para averiguar cómo, en un futuro potencial, se las apañaría la (por ahora) Comunidad Autónoma.
Vuelvo por tanto al tema que quería tratar, el de los sentimientos, porque los ignorantes nos apoyamos más en ellos que en datos objetivos.
A pesar de sentirme andaluza (por familia) y madrileña (por obligación), entiendo a aquellos que persiguen la independencia de Catalunya. Para empezar, tal y como están las cosas en España, si el día de mañana mi barrio decide independizarse, yo me independizo con él, a ver si con un poco de suerte nos van las cosas un poco mejor. Por otro lado, el tema del idioma. Al igual que en Galicia y Euskadi (aunque allí se nota más), Catalunya tiene otro idioma. A cada idioma se le asocia una identidad cultural, una forma de entender la realidad desde las palabras, y por ello, una mentalidad distinta. Poco tiene que ver un adolescente de mi Jaén natal, con uno barcelonés.
Luego está el tema de la guerra y el franquismo. Después de haber sido perseguidos por hablar su propio idioma, encarcelados por cantar "Al vent", y torturados por la indiferencia y la enfrentación con otras provincias que aceptaron mejor que ellos el fascismo, cómo no van a estar hasta el moño (con perdón) de este "nuestro" país. Con la llegada de la democracia, debió ser una liberación poder retomar sus costumbres, dejar de enseñar el catalán a escondidas en las casas (violando, como poco, las prohibiciones de reunión y de hablar un idioma que no fuera castellano), y sacar la senyera o la estelada del fondo de un cajón, al igual que para muchos otros, la liberación fue poder dejar de ir a la Iglesia, usar condón o cantar la Internacional.
No sé cómo funcionaría Catalunya sin España ni España sin Catalunya. Lo que sí sé es que entiendo sus motivos, y si me tengo que posicionar en alguna de las dos partes, me posiciono a favor de la independencia, porque no seré yo quien le niegue a alguien la libertad de ser como quiera, y de vivir donde desee.

Ángela Cea Sánchez dijo...

El ideal de España depende de su asociación con el patriotismo constitucional, y no con una forma de contar la historia, relatos alternativos que sirven de base a los nacionalistas radicales catalanes, empeñados en esgrimir como argumentos históricos lo que, como en el caso español, no son más que construcciones políticas retrospectivas.
Hay que encontrar los argumentos suficientes para convencer a los nacionalismos periféricos de las ventajas de la unión de España, intentando integrarlos en un proyecto común, transmitiéndoles el respeto por sus gentes, su cultura y la riqueza de la pluralidad lingüística, sin que en ningún momento se sientan amenazados, ya que los enemigos de fuera cultivan los nacionalismos periféricos.
Hay que llegar a la sociedad a través de los medios de comunicación, redes sociales, etc., convenciéndoles de que la unidad de España es positiva tanto a nivel económico, cultural, comercial, etc. Así como la dependencia mutua entre todos los territorios del Estado Español, recordándoles lo importantes que son para el resto de España, pero también como el resto de España son importantes para ellos, sin olvidarnos de que la unión, hace la fuerza.

Bienvenidos...

...a este blog en donde trataremos de aportar ideas para mejorar el Estado Constitucional Español.