martes, 23 de abril de 2013

La Justicia injusta

Hace un par de años publiqué una entrada sobre la Justicia. Desgraciadamento poco ha cambiado, aunque algunos hechos señalan la intención de la transformación: Quizás uno de ellos sea el cambio del Presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder. El uso de fondos públicos para reiterados viajes a Marbella supondría la dimisión de Carlos Divar y la elección de un nuevo presidente,  el Magistrado del Supremo Gonzalo Moliner. Otro hecho que puede transformar la Justicia se encuentra en los proyectos del Ministro de Justicia, Alberto Ruíz-Gallardón, aunque en estos momento el Ministro se encuentra enfrentado a casi todo el mundo y con una gran contestación a las tasas judiciales. Otros hechos como, la controvertida elección de Sonia Gumpert como Decana del Colegio de Abogados de Madrid frente a fuertes competidores apoyados por los grandes bufete , indican la necesidad de cambios en la Justicia.
 
Los ciudadanos deben de confiar en la Justicia como último recurso para proteger sus derechos y bienes.  Una de las claves para la regeneración de nuestro país, incluso para afrontar la crisis económica es precisamente conseguir un sistema judicial que sea ágil, seguro, confiable , con seguridad jurídica, apolítico... en una sola palabra: justo.

Parece claro que la Justicia en España no funciona todo lo bien que debería. Esta es una fórmula que evita manifestaciones más radicales como “la Justicia es un cachondeo”, “es una Justicia injusta….”, "más parece una lotería que una verdadera justicia"

El 15 de julio de 2011 podíamos leer la columna de José María Carrascal titulada "El rapto de la Justicia" que recomiendo.

Entre el año 2010 y el 2011 el Aula Política del CEU San Pablo ha estudiado este asunto. Entre las muchas aportaciones interesantes, la visión crítica de la periodista María Peral de El Mundo es de agradecer por su tremenda sinceridad. Muchas de sus reflexiones se recogen en los siguientes puntos completados por otras reflexiones de magistrados, políticos, académicos... Todo ello nos han llevado a ofrecer de forma esquemática un diagnóstico que se somete a su consideración:   

1.-Falta de implicación de los operadores jurídicos. La desilusión de los que hacen Justicia: Jueces, Fiscales, Funcionarios, Procuradores, Abogados…
  • Falta de entusiasmo
  • Gran volumen de trabajo
  • Escasa retribución (la carrera fiscal)
  • Falta de prestigio profesional
  • Falta una promoción profesional objetiva. Promoción premiada por la fidelidad, por los padrinos, las asociaciones... en definitiva la política pequeña cuando debería hacerse por la calidad de la actuación profesional, por los méritos...
  • Es necesario que los mejores sean los que promocionen, sin interferencias políticas o de asociaciones profesionales.
  • Falta de preparación de los funcionarios de la Oficina Judicial (porcentaje de funcionarios interinos en Madrid 38%; en Andalucía 43%)
  • Falta de medios
  • Buenos jueces pero a veces sin experiencia en la vida.
  • Respeto entre los operadores judiciales.  Jueces desaliñados, Magistrados que no respetan a los abogados...
  • Jueces divos, más preocupados en su proyección pública que en impartir justicia.
  • Respeto hacia el sistema judicial o repudio de los recursos absurdos  y demandas sin fundamento que bloquean los tribunales.
 2 .-Falta de voluntad política. ¿Una Justicia que controle al poder?
  • El PSOE prometió dedicar el 2% del PIB… nunca ha llegado al 1%
  • No se quiere arreglar la Justicia porque la función de control de poder es mejor que se ejercite mal y tarde.
  • La idea que los actos de políticos sean revisados por el Tribunal Supremo (o TSJ) 6 años después… y salen gratis.
  • Cuando se quiere arreglar un servicio público, se puede hacer, tal y como ocurrió con Hacienda, solo es necesario una voluntad política y dinero. 

3.-Tres Patrones para la Justicia. El Estado Autonómico y la Justicia
  • La concurrencia de las competencias del CGPJ, el Ministerio de Justicia y la Comunidad Autónoma que tenga transferida competencias en materia de Justicia dificulta el funcionamiento de la Justicia
  •  Entre los efectos negativos:
    1.   Las CCAA  quiere controlar –mandar porque para eso pagan‑ la parte de de la Justicia que les compete.
    2.  Problemas de compatibilidad de los sistemas informáticos y transferencia de información entre las comunidades autónomas.
    3. Uso de lenguas autonómicas en la propia tramitación.
    4. Pérdida del sentido de un sistema judicial único. 
    5. Quiebra del principio de igualdad de los españoles

4.-Se legisla mal y demasiado. Un ordenamiento jurídico complejo.
  •  Hiperinflación normativa. Unión Europea, Estatal, autonómica… se introducen disposiciones normativas en Leyes que nada tienen que ver con dicha norma, se legisla de forma contradictoria, para satisfacer intereses particulares (de comunidades autónomas, de grupos económicos…). Quizás la mejor expresión de todo esto es la Ley de Economía Sostenible que en su artículo 4 proclama la simplificación normativa y, la propia norma es un galimatías que modifica decenas de normas jurídicas, que bajo la rúbrica de Economía Sostenible agrupa cuestiones heterogéneas…
  • No legislar a golpe de acontecimiento (legislación sobre el menor, modificación del Tribunal Constitucional…)
  • Necesidad del consenso sobre las leyes básicas del Poder Judicial, sobre las normas procedimentales.... 

5.-La politización de la Justicia.
  •  “La designación” del Presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo  por parte del anterior Presidente del Gobierno (Rodríguez Zapatero dijo quien iba a ser antes de ser elegido por el CGPJ) significó una burla de la separación de poderes.
  • La vinculación de los vocales del CGPJ a una opción política, aunque sean dos personas quienes representen a las asociaciones que más peso tienen en el CGPJ
  • De los 20 vocales del CGPJ, 12 son magistrados y jueces. Han existido tres formas de designación de esos 12 magistrados. La originaria establecía su elección por parte de los propios jueces y magistrados, la de 1985 se designaban por mayoría cualificada de 3/5  el Congreso y el Senado y, por último, la del 2001 establece un doble mecanismo: presentación por parte de las asociaciones de magistrados y por avales de magistrados no asociados de 36 candidatos y posterior elección por mayoría cualificada en el Congreso y Senado. 
  • Las asociaciones de jueces y magistrados como correa de trasmisión entre Política y Justicia.

 6.-La tensión entre Tribunal Supremo y Tribunal Constitucional. El Tribunal Supremo que ha dejado de ser Supremo.
  • Tensión que ha llevado a que los magistrados del Constitucional sean sancionados por el Tribunal Supremo. El TS estimo que hubo negligencia en la actuación del TC al rechazar un recurso contra la designación "a dedo" de los letrados del Tribunal Constitucional. La responsabilidad civil la estableció la Sala 1ª del Tribunal Supremo
  • En cuestiones de mera legalidad el Tribunal Constitucional ha enmendado la plana al Supremo: (prueba de la paternidad, la prescripción de los delitos, igualdad de sexos en la sucesión de los títulos nobiliarios...)  
7.-La litigiosidad excesiva. O los expedientes en la silla
  • Algunos Tribunales están desbordados por el número de asuntos.
  • Pleitear es relativamente barato en España
  • Una forma de dilatar una condena es recurrir y poner todas las trabas que se puedan para que el proceso se eternice. 
  • En España con veinte millones menos de habitantes que Francia se ingresaron en los tribunales 9,5 millones de asuntos, mientras que en el país galo sólo 6,5.

8.-La lentitud de la Justicia. Una Justicia lenta es injusta
  • Es tal la demora que hasta se ha convertido en un atenuante la lentitud en impartir justicia. Un condenado por un delito puede ver reducida su condena cuando se ha tardado mucho en condenarle.
  • La lentitud para cobrar un impago puede llevar a la ruina a cualquier pequeña empresa.
  • Se estima que en estos momentos están pedientes de resolución asuntos por valor de 20.000 millones de euros.

9.-Una Justicia desigual. Falta de unificación de la Jurisprudencia.
  • En asuntos que no son unificados por el Tribunal Supremo, podemos encontrar fallos y criterios dispares en los Tribunales Superiores de Justicia de las Comunidades Autónomas. 
  • Incluso es posible contemplar que asuntos similares reciben fallos distintos en un mismo tribunal, sin que exista una razón para tal disparidad.
  • Otros muchos procedimientos no llegan la Tribunal Supremo por lo que no se unifica la doctrina jurisprudencial.
  • Se produce una gran inseguridad jurídica al no conocer cual es la solución previsible.

10.-La falta de transparencia de la Justicia. La jerga  y opacidad de los tribunales
  • El artículo 120 de la Constitución se refiere en tres ocasiones a la transparencia de la Administración de Justicia: "las actuaciones judiciales serán públicas, con las excepciones...." "el procedimiento será predominantemente oral...." y "las sentencias serán siempre motivadas y se pronunciar´na en audiencia pública". Pese a ello las excepciones a la transparencia parecen haberse convertido en el principio de actuación judicial.
  • Desde conocer cómo actuan los tribunales a conseguir alguna sentencia han sido materias vedadas para los no iniciados en el mundo judicial. Hoy en día es fácil conseguir una determinada sentencia, cuando antes sólo por amiguismo se conseguía. Es verdad que la transparencia judicial ha mejorado de forma notable en los últimos años, en gran parte gracias a los gabinetes de comunicación, pero todavía queda camino que recorrer.
  •  La redacción de los escritos judiciales presenta en muchos casos una lenguaje y unas expresiones difíciles, cuando no incomprensibles para los neófitos.
  • Debería existir una única lengua de tramitación en todos los procedimientos  judiciales, respetando los derechos de los intervientes a expresarse en su lengua materna. Una única lengua común en toda España, de esa forma cualquier expediente, sumario, o documento estaría a disposición en el idioma común y que es obligatorio conocer.

¿Crees que la Justicia tiene otros problemas? 
¿Estás de acuerdo o en desacuerdo con los 10 que he citado? 
¿Qué ideas puedes aportar para mejora la Justicia? 
Puedes dejar tu comentario

55 comentarios:

Anónimo dijo...

No ha dejado tema sin tratar en este magnífico resumen de la situación de la Justicia en nuestro país.
El problema es qué hacer ante este certero diagnóstico.
Aquí le dejo una petición que pueden suscribir y difundir: https://www.change.org/es/peticiones/al-ministro-de-justicia-congreso-senado-y-al-presidente-del-gobierno-una-justicia-independiente-m%C3%A1s-jueces-retirada-de-la-reforma-del-cgpj-2

Unknown dijo...

Ciertamente el texto no deja tema sin abordar pero desgraciadamente ganarse la confianza del pueblo con un sistema judicial digno, decente y transparente puede ser fácil ante un pueblo ignorante pero no ante un pueblo culto, pues como bien se cita en la entrada son muchos los casos en los que los más grandes siempre están arriba y los más pequeños cumplen años de condena por delitos banales.

Un ejemplo de ello puede ser el caso de la joven condenada a 2 años de cárcel por sacar dinero de una tarjeta de crédito ajena. Su entrada en prisión era inminente y el trámite de su ingreso en la misma fue muy rápido, afortunadamente tras el apoyo de varios medios de comunicación que buscaban un lavado de cara como puede ser Telecinco, la joven finalmente no entró prisión. Pero ante casos como el de Urdangarín, Bárcenas, o el mismo José Ortega Cano la justicia de este país parece retrasarse y buscar más pruebas de inocencia puesto que ya no quedan más pruebas que griten que estos personajes son culpables.
Esto no es igualdad en absoluto y creo que esa es la clave, sin igualdad no habrá justicia.

Por otra parte el está el tema del Gobierno, tenemos al frente de nuestro país a una marioneta que lejos de aportar un mensaje tranquilizador se dedica a pelearse con el líder de la oposición, que tan solo critica el Gobierno actual sin aportar soluciones y criticando lo que su propio partido, el PSOE nunca hizo cuando estuvo en el poder y pudo hacerlo, simplemente se pasan la pelota.

Otro punto importante a la hora de analizar la justicia en España es que la propia ley se contradice:

• Artículo 607. 2 del Código Penal: La difusión por cualquier medio de ideas o doctrinas que nieguen o justifiquen los delitos tipificados en el apartado anterior de este artículo, o pretendan la rehabilitación de regímenes o instituciones que amparen prácticas generadoras de los mismos, se castigará con la pena de prisión de uno a dos años.

• Artículo 20.1 de la Constitución Española:
Se reconocen y protegen los derechos:
a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.

Ambos artículos entran en confrontación ya que la contradicción entre ambos es más que evidente, por tanto supone una limitación en cuanto a la libertad de expresión o publicación puesto que ambos son vigentes.
Estos dos reglamentos se solapan no dejando nada claro en cuanto a lo que está permitido o no entonces ¿ qué está por encima de qué? ¿La libertad de opinar libremente o el reglamento que impone el Código Penal?

Son muchos y muy correctos los puntos o matices que aquí se exponen y ciertamente la justicia en España no es justa, se legisla a favor del más rico, de intereses económicos, y no interesa que esto cambie.

Beatriz Hernández Pino dijo...

En efecto, el decálogo del profesor es muy acertado, aunque desde mi punto de vista hay algo que brilla por su ausencia: la acción de los medios de comunicación. Con ello me refiero a efecto que producen estos mass media sobre la alterable sociedad de masas convirtiendo la justicia en un espectáculo del máximo populismo penal. Pongamos un ejemplo, el caso de Ruth y José, los niños de Córdoba; pongamos otro ejemplo el caso de Marta del Castillo. En ambos se produjeron atrocidades y en ambos hubo un exhaustivo seguimiento de la prensa rozando el sensacionalismo. Como estos, muchos casos despiertan en la sociedad de la tele el miedo y hace que el pánico extienda la confusa idea de que la justicia española es una vergüenza que deja impune al criminal. Aunque si cierto es, el Ministerio del Interior publicaba los datos de la tasa de criminalidad comparada entre España y el resto de Europa (UE15) en el que nuestro país ocupada el antepenúltimo puesto, teniendo un 45% frente a la media europea del 67%. A pesar de esto España se encuentra en el segundo país con más encarcelamientos por cada 100.000 habitantes por detrás de Francia. Esto es ¿hay menos crímenes y más encarcelamientos? ¿La justicia es demasiado dura?
Nos hacen tan cercanos los niños de Córdoba o la niña de Sevilla que parece que los conocemos y que por supuesto, haremos algo por la causa de los padres que salen por las pantallas llorando. No parecen suficientes 3000 años de condena necesitamos elevarlo a la enésima potencia como si de una ejecución en la horca en cualquier plaza de cualquier ciudad hace unos siglos se tratase. ¿Es castigo o espectáculo? ¿Es justicia o es desviar la mirada de los ciudadanos hacia lo dramático y la anécdota? ¿Hacía donde se dirigen las exigencias de justicia? Mientras señores que han robado, defraudado o exiliado fortunas en mejores lugares pueden librarse de sus penas; otros cumplen largas condenas por delitos menores pero probablemente morbosos. La opinión pública juzga y sentencia para siempre, sin fuentes fiables y sin una ley verdadera que regule hasta donde es posible llegar. Veamos el caso de Rocío Wanninkhof, en el que un jurado popular acusa del asesinato, principalmente influenciado por los medios de comunicación, a una amiga de la madre de la chica. Dolores Vázquez es declarada inocente cuatro años más tarde, pero el populismo penal ya había hecho con ella lo que había querido durante mucho tiempo.
Cuando esto llega a la sociedad democrática que se entiende en pleno derecho de sus facultades de voto, vuelta en pánico por la pena que cumplirá el futuro violador o asesino de su hija, elegirá una determinada línea ideológica firme y rígida con estos delitos. Es decir, el miedo llega a la masa y la masa elige al encargado de legislar aquello que es una vergüenza, aquello de lo que se ha enterado porque lo pusieron ante sus ojos para que lo mascara con gusto [de los ladrones de traje no se habla].
Por ello se debería separar este poder legislativo del poder ejecutivo del gobierno. Separar el voto de la justicia; y el sensacionalismo de la verdad. Lo justo no es diente por diente, lo justo no es la rabia de una madre llorando por televisión: ella no pide justicia, ella solo quiere a su hija de vuelta a casa. Si esto se confunde, se interpone o se equipara la justicia es la mayor utopía. ¿O no?

Manuel Sanchez de Diego dijo...

Muy buenos los comentarios de María González y Beatriz.

Pero,,,, mais.... but....

María, no existe una contradicción entre el párrafo 1º del artículo 20 de la Constitución y el 607 del Código Penal. Para empezar porque ambas normas no son reglamentos, en un caso se trata de una Constitución ... por cierto hay que completar ese párrafo 1º con el párrafo 4º del también artículo 20.
El párrafo 2º del 607 se refiere a una falta por justificar o negar los genocidios (por ejemplo el de Alemania con los judios) o pretender rehabilitar a los régimenes genocidas (nazis, kremes rojos....) ¿Le parece mal?

Al final se trata de buscar una interpretación coherente y, la libertad de expresión no es un derecho absoluto... es una pena que el próximo año no les pueda dar la asignatura de Derecho de la Información...

Beatríz nos propone otro tema importante el de los juicios mediáticos. Hay un ejemplo aún más sangrante el de Rocío Wanninkhof. Puede verse un resumen en http://es.wikipedia.org/wiki/Caso_Wanninkhof

Jucios mediáticos que pueden influir no sólo en el jurado popular, también en los fiscales... que se siente presionandos por los medios...

Pero... tratemos de arreglar la Justicia.

Unknown dijo...

Creo que es necesario recalcar que ciertos problemas de la justicia no se limitan a dicho poder. La falta de transparencia de la justicia no es más que un carencia democrática generalizada en España y que afecta tanto a instituciones como la Corona, como hasta partidos políticos y sindicatos. De ahí la tan necesaria Ley de Transparencia.

Es más, uno de los problemas mencionados de la justicia, la desigualdad jurídica, está relacionada directamente con el modelo de la estructura del Estado español. La confusión de competencias entre Comunidades Autónomas y el Ministerio de Justicia se traduce en los numerosos recursos de inconstitucionalidad que se presentan tanto por órganos colegiados de las CC.AA. (contra leyes de otras Comunidades o contra leyes estatales), como por el Presidente del Gobierno. Destaca también la contradicción de fallos y criterios entre los diferentes Tribunales Superiores de Justicia de las Comunidades Autónomas. Por lo tanto, la transferencia de competencias jurídicas a las CC.AA. no solo dificulta el buen funcionamiento de la justicia, sino que rompe con el principio de igualdad jurídica de los españoles.

Sin irnos más lejos, la lentitud de la justicia es un mal generalizado en toda la Administración Pública por su ineficacia.

Por lo tanto, para erradicar muchos problemas de la justicia española, habría que buscar las soluciones en un replanteamiento del modelo de Estado que debería ser emprendido por el resto de poderes, ejecutivo y legislativo, y por los partidos políticos. Pero que en las mismas manos (la de los políticos) resida el origen del problema y su solución, nos hace entender que es difícil que estén dispuestos a llevar a cabo estos cambios que mejorarían el funcionamiento de nuestro sistema jurídico, además de muchas otras cosas, pues como aparece mencionado en el punto segundo: “no se quiere arreglar la Justicia porque la función de control de poder es mejor que se ejercite mal y tarde”. Un ejemplo de este desinterés por el control se refleja en que la financiación ilegal de los partidos políticos prescribe a los cinco años, un período de tiempo demasiado corto, cuando una simple multa por botellón prescribe a los cinco.

Por último, desde mi punto de vista, es un completo error la subida de las tasas judiciales porque llevan a un acceso desigual a la justicia. Creo que se deberían estudiar otros modos para evitar la ligitiosidad excesiva.

ÁNGELA MORENO FUENTES dijo...

Durante una larga reflexión y varios artículos leídos, creo que el problema al que estamos expuestos hoy en día, es sin duda uno de los problemas más internos y esenciales de nuestro país. No se trata sólo de una falta de implicación o la inclusión de la política en la Justicia.
Bajo mi punto de vista creo que el principal problema es la omisión a nuestra base en materia de derechos y obligaciones, La Constitución Española.
En el artículo 117 se recoge que: "La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley."
Creo que la Sociedad Española no es del todo consciente sobre su poder como ciudadanos, pienso que hemos delegado demasiadas funciones en instituciones y hemos olvidado que dichas instituciones son formadas por y para nosotros, para un colectivo total. Sin embargo son dichas instituciones tanto políticas como jurídicas las que han asumido demasiadas competencias y han pasado por encima de los intereses de la Sociedad Española, favoreciendo sus intereses particulares y con ello violando al documento que más fidelidad le deben: La Constitución.
Otro grave problema, al que mis compañeros han mencionado es la falta de transparencia, pero dicho problema proviene de uno mayor y es la desvinculación que sufre la Justicia. Un órgano tan relevante como éste, que se encarga de garantizar el desarrollo del individuo en la sociedad Española, no es competencia del máximo órgano, el Estado, sino que se ha desmembrado y ha quedado como un órgano homogéneo que no se sabe si son las CCAA quien controla parte de esta Justicia, si es el Estado o si claramente son los políticos quien modifican e interpretan una justicia favorable para una minoría muy acomodada y perjudica a una mayoría cada vez más desigual y menos condiciones sociales.
Por tanto creo que estamos frente a un problema que debe solucionarse desde dentro, una reforma que proteja a la Justicia de todos los españoles y no de unos pocos. Pues principios esenciales, propugnados como valores superiores de su ordenamiento jurídico como la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político, recogido en el Artículo 1 están siendo violados y atentados.
Necesitamos una mayor concienciación social de quien somos y que derechos y obligaciones tenemos dentro de este país y ejercer el poder que en nosotros reside y no por buscar una comodidad y delegar en instituciones ciegamente perdamos la igualdad.

ESTADO 2ºC Olalla Arbones dijo...

En primer lugar, estoy totalmente de acuerdo con Manuel en la enumeración de los 10 principales problemas de nuestro carente sistema judicial. Es más, comparto su reflexión y la apoyo con las palabras del periodista José María Carrascal que decía: “Un país no puede vivir sin justicia independiente. Mejor dicho, puede vivir, pero en degradación continua, que termina impidiendo el desarrollo normal y la convivencia civilizada”. Esto es así y lo estamos viviendo en nuestro día a día. ¿Adónde vamos a ir a parar?. La sociedad no confía en la justicia y ya es muy frecuente oír la frase: “La justicia no es igual para todos”.
Creo que es cierto que se ha avanzado mucho en lo que respecta al sistema judicial especialmente en lo que respecta a la garantía de transparencia para que el enjuiciado no sea sometido a abusos de poder en los procesos judiciales. Pero en la actualidad ese planteamiento de transparencia parece no ser suficiente, ¿realmente existe transparencia en los procesos judiciales?. La verdad es que lo pongo en duda. Como decía mi profesor de derecho, el señor José Carlos Hernández, “algún juez honesto queda, pero son muy pocos”. Si todo el mundo fuera honesto en este país, no estaríamos ahora en la situación en la que estamos, pidiendo a gritos una LEY DE TRANSPARIENCIA que englobe a todas las instituciones.
José Carlos nos hablaba de la importancia de la personalidad del juez, que está íntimamente relacionada con la INDEPENDENCIA del mismo. La personalidad del juez es una de las cosas que interfiere en una decisión judicial. Para mí, la imparcialidad del juez es muy difícil de conseguir, (porque depende de sus intereses personales, de su personalidad, su ideología política, su experiencia personal, etc.), pero debería ser un objetivo inmediato a alcanzar. Así pues, como utopía la IMPARCIALIDAD e IDEPENDECIA están muy bien pero ahí se quedan, salvo en contadas excepciones. En este punto nos encontramos con un modelo ejemplar de juez, el juez Pablo Ruz, como así lo afirman José María Carrascal y muchos otros, que alaban la tarea que está llevando a cabo contra la corrupción política y financiera, un juez que no se deja amedrentar por nada ni por nadie y en un caso tan importante, la contundencia e imparcialidad son imprescindibles. Esperaremos al resultado final del proceso pero parece que lo está haciendo bien.
Por otro lado, con respecto al caso Bárcenas ya hemos encontrado algún que otro conflicto por el camino, como el tema de las competencias que enfrentó a Bermúdez y Ruz y que además se convirtió en un escándalo mediático que nos tuvo en vilo durante casi un mes. Dos jueces peleándose por un caso, lo nunca visto.
Pero claro, en el tema de que la justicia es igual para todos hay muchas discrepancias, y más a raíz de casos tan sangrantes como los de Isabel Pantoja o el Caso Noós con la imputación de la Infanta Doña Cristina. ¿Es más justo que una persona robe una tarjeta de crédito para comprar comida y vaya a la cárcel, mientras que gente que roba millones y millones ni la pise? ¿O que tu propio país te deje abandonada en un pleito internacional por la custodia de tus hijos (Caso de Isabel Monrós)?. Estas son las cosas que hacen que la gente se desmoralice y no confíe en la justicia. En muchos de estos casos, el poder de los medios de comunicación también ha sido crucial.
Los 10 problemas que enumera Manuel necesitan una SOLUCIÓN URGENTE.Evidentemente yo no tengo la clave para que esto cambie, (quizás sea necesaria una reforma de la Constitución), pero sí estoy convencida de que en algún momento, esperemos que no muy tarde, llegue ese cambio.
NOTA:
Me ha gustado mucho el comentario de Cristina Veganzones pero yo no soy capaz de aventurarme a dar una solución a semejante problema como lo hace ella.
Considero que nuestro papel como periodistas en algunas ocasiones es imprescindible para que la sociedad abra los ojos y se dé cuenta de lo mal que se están haciendo las cosas, aunque pueda desencadenar juicios paralelos, cargarse la presunción de inocencia, etc.

2ºC DAFNE MORALES CARRERAS dijo...

Seamos sinceros, hoy día la justicia española es la mayor injusticia de Europa y como consecuencia, todos los españoles estamos sometidos a la mayor inseguridad jurídica de todos los países vecinos.
Estoy de acuerdo con el comentario de Manuel, sin embargo aunque parezca que se haya intentado transformar la justicia de nuestro país, parece que cada vez va a peor y hay problemas mucho más importantes que se deben resolver y que es un problema que la justicia debe solucionar. Problemas me refiero a lo que estamos viviendo actualmente con la crisis económica, la privatización de la educación o sanidad, o la ley de desahucios, entre otros.
Por ejemplo, este país haría un favor a su imagen pública con la entrada en prisión de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. Al menos, tendríamos la sensación de que las instituciones funcionan.
Se supone que la justicia es creada por la democracia para impedir el abuso de poder y la corrupción, pero si ese muro no funciona, entonces el país entero cae en manos de las artimañas, y muchos de ellos son los que están metidos en partidos políticos e instituciones del Estado. Los partidos políticos en España son el origen y principio de la corrupción y del desastre del sistema, han conseguido politizar y corromper a la Justicia, muchos de los cuales miembros responden a ideologías de partidos políticos concretos. Todos estos miembros pueden llevar a cabo hasta la financiación ilegal de los partidos, la arbitrariedad, el abuso de poder y hasta el enriquecimiento de miles de políticos y los altos cargos del Estado, que sabemos que ha pasado y que es así.
España es la muestra más evidente en todo el mundo de que la democracia puede corromperse fácilmente desde dentro. Cuando se logra manipular a la Justicia, solo queda esa dictadura de partidos y de políticos inmorales. Este es el pez que se muerde la cola y que ve como la sociedad se va degradando poco a poco, haciendo que la fe y la confianza de todos nosotros, caiga. Por ello, digo que muchos jueces y magistrados son como los políticos, más fieles a los intereses partidistas que a la ley, anteponen los intereses propios y los del propio partido al bien común y el interés general. Por eso estamos hoy día como estamos.
Hace unas semanas leíamos en la prensa: “Mientras Urdangarín sigue libre, la madre que usó una tarjeta perdida para comprar pañales y comida para sus hijas irá a prisión en dos semanas”. ¿Aquí está la Justicia actuando con ecuanimidad?. Es muy injusto que pase algo así. Ella cometió un error y está pagando por eso, con trabajos a la comunidad y con una multa de 900 euros. Sin embargo, personajes como Bárcenas o Urdangarin, no es de extrañar que cuando uno va al juzgado puede que le caiga una condena de varios meses de cárcel o un indulto por la puerta grande...dependiendo de los intereses de cada juez. Vamos, en resumen, mientras jueces que dictan sentencias interesadas, arbitrarias y sin fundamentos jurídicos triunfan y ascienden con el apoyo de partidos políticos, vemos como sin Justicia, el sistema político español ha entrado en decadencia y ya no hay vuelta atrás. Esta es la justicia que más daño hace al ciudadano porque ve en ella el único camino donde aferrarse pero la inmoralidad con que se producen algunas sentencias la alejan de la verdad que no es otra que pasar por encima de agujas sobre un régimen de corrupción que está desahuciando, cerrando empresas y haciendo que sus ciudadanos se suiciden mientras los culpables siguen sin pisar una celda para pagar por el daño causado.
Estas personas desahuciadas es un problema generado por los gobiernos que han preferido salvar a las Cajas y dejar tirados a los ciudadanos. Los gobiernos son los culpables porque todo esto tiene como origen su corrupta gestión de nuestros impuestos que han sido despilfarrados y robados.

+ DAFNE MORALES CARRERAS dijo...

Una de las soluciones que podría mencionar es que el poder Judicial debería ser un poder independiente del Estado. Sus órganos dirigentes, como el CGPJ y los componentes de los mas altos tribunales , serían elegidos exclusivamente por el mundo Judicial, NO por los partidos. Así, siendo la Justicia independiente y la que garantice a los ciudadanos de los abusos del Legislativo y del Ejecutivo.
También tengo que citar que con la llegada de la democracia se relajaron las condiciones para ser juez y empezaron a aparecer personas con conocimientos del Derecho mínimos que iban escalando puestos a gran velocidad. Y lo que está claro y es una vergüenza es que se favorece a los peores jueces ya que al ser incapaces de nada no tienen otra que confiar en el partido que les mantiene para que no le expedienten.
Voy a poner una serie de citas de autores que me han llamado la atención cuando las he leído:
“Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla” (Stanislaw J. Lec); “Menos mal hacen cien delincuentes que un mal juez” (Francisco De Quevedo); “Todo delito se hace más o menos grave según sea la calidad o jerarquía del criminal” (Juvenal); “Se justo en el momento preciso. Toda justicia que tarda es injusticia” (Marcel Schwob). Con ésta última frase hago hincapié en la lentitud de la justicia en España. Hace unos días veíamos un ejemplo de como esta lentitud dejaba libre a la banda de atracadores más peligrosa de España. No ha habido sentencias ni condenas porque los procesos judiciales aún están en fase de instrucción, según el fiscal jefe de Tarragona, Javier Jou. Tras haber transcurrido sin avances el tope de dos años de prisión provisional han quedado en libertad.
Bueno y así estamos, SUMA Y SIGUE.
Y para concluir me gustaría añadir que en cuanto a la educación, son los responsables políticos los que deben asumir que lo que más garantiza la plena igualdad de oportunidades es precisamente la educación.
Todas esas manifestaciones contra los "recortes" y en defensa de la escuela pública se realizan porque los gobiernos hacen pagar a la enseñanza una crisis que ella no ha causado y esto supone la disminución de la calidad y equidad de la educación.
Por lo tanto, tanto educación, como sanidad o los desahucios, o problemas derivados son los que hay que situar en el eje de las prioridades de la justicia. No podemos seguir así.
“La Justicia emana del pueblo”, si es creada tiene que ser para el bien de TODOS, no para unos pocos.

Unknown dijo...

Respecto al comentario sobre mi entrada:

Tiene usted razón, no había tenido en cuenta el detalle de que no estamos ante dos reglamentos y por tanto no entra en contradicción el derecho a la libertad de expresión.

Por supuesto que no me parece bien que se pretendan rehabilitar lo regímenes genocidas, ya que implican delitos contra la humanidad y deben estar penados.

Helena Núñez Guasch 2ºC dijo...

Con relación a la entrada de este blog sobre la situación actual de la justicia en España he de decir que los puntos tratados por el profesor son muy acertados y aceptables.
Aunque se debe decir que desde mi humilde punto de vista hay algunos que tienen una importancia mayor que otros. Todos es conjunto crean un sistema judicial más ''injusto'',
aunque el mayor problema de todos es la politización en general del sistema.

La famosa separación de poderes, que ya en el siglo XVIII buscaban ansiosamente, sigue sin hacer aparición tres siglos después.
Por más que nos hagan creer a la población en general que existe, eso no es cierto. Gran parte de los jueces tienen una tendencia política muy marcada,
cosa que se aleja de la neutralidad que se espera de un juez. Muchas veces nos encontramos tal y como ha dicho el profesor, con jueces mediáticos, que muchas veces atraen más la atención que incluso el caso en sí.

Además en muchos casos los jueces son nombrados por el mismísimo poder ejecutivo o legislativo,
lo que hace que al final los políticos puedan ejercer presiones sobre el poder legislativo en general y manejarlo a su antojo.
También se ha de decir que hay casos, como por ejemplo el de La Doctrina Parot, en los que se ve muy claramente los diferentes ‘’bandos’’ ideológicos del poder judicial español.
En este caso se distingue claramente dos sectores casi opuestos, y que en su gran mayoría están relacionados de una manera u otra a algún partido político.
Además estas diferencias se recalcan aún más gracias a los medios de comunicación,
que por ejemplo en el tratamiento de este caso se ha dedicado a tratar más el lado político de éste que no centrarse en lo puramente judicial.

En resumen lo que se debería hacer en un primer momento es luchar por una separación de los tres poderes del Estado y a partir de ahí,
teniendo ya un sistema judicial independiente, corregir todos los problemas y errores de el mismo.

Anónimo dijo...

ESTADO 2ºC KÄKI, Kustaa

En primer lugar, me ha gustado mucho al planteamiento de los malos del sistema judicial de España presentados del profesor y estoy de acuerdo con los 10 puntos citados de el. En segundo lugar, presentaría unas observaciones respecto al texto:

Como ya citado en los comentarios anteriores, según los pensadores (Locke, Machiavelli y sobre todo Montesquieu) que son al fondo de la teoría de la separación de poderes (http://es.wikipedia.org/wiki/Separaci%C3%B3n_de_poderes), el gobierno de sociedad y la realización de justicia exigen que el poder es dividido en tres partes, de la manera en que ninguna parte tiene más poder que las otras. No obstante, en el parlamentarismo el poder legislativo y el poder ejecutivo son a menudo ajuntados, ya que habitualmente el órgano ejecutivo debe gozar de la confianza del órgano legislativo. La separación de poderes es la idea fundamental del modelo de gestion en las democracias occidentales. Así, para evitar el abuso de poder, el poder Judicial tiene que ser independiente de los demas. Con ello, me refiero especialmente al punto “5.-La politización de la Justicia”, que veo una de los problemas más importantes del sistema.

Parece que se encuentran factores caracterizados y generales para los entuertos de servicios y funciones públicos al fondo de los problemas del sistema judicial español: la carencia de trabajadores, la gran carga de trabajo, la politización de sistema, la legislación excesiva etc.. Yo pienso que para cambiar la situación actual y promover la justicia, no basta sólo cambiar los políticos corruptos porque la falta de voluntad política muy propablemente se mantenga cuando los nuevos se dé cuenta las ventajas de la situación actual que les ayuda y permite. Como escribe Manuel, “No se quiere arreglar la Justicia porque la función de control de poder es mejor que se ejercite mal y tarde.” ¿ Es posible que los abogados trabajando en los Tribunales “desbordados por el número de asuntos” no tienen tiempo para que puedan poner esfuerzos para reformar las estructuras?

Por lo que se refiere a la última pregunta del profesor, una cosa que se me ocurrió a la mente pero que no conozco bien, es la educación de abogados, es decir la carrera de derecho en España. Para dar un ejemplo de la relación de un sistema educativo y una práctica profesional, según los estudios de los sistemas educativos en los países nórdicos que se han evaluado relativamente buenos, se han demostrado que el factor más notable y explicativo de los resultados tan buenos y el funcionamiento eficaz del sistema es la educación de los profesores. Por eso, pienso si se puede explicar por ejemplo de la falta de prestigio profesional, mencionado en el punto 1, por medio de la educación de abogados aunque me parece que es una carrera con alta reputación en España y que supuestamente tiene una gran salida laboral y un reconocimiento social elevado. Sea como fuera, hay que aumentar el número de abogados en España asegurando su competencia para evitar la justicia desigual (el punto 9).

Por último, en el debate sobre el poder Judicial sería esencial prestar la atención a la importancia de confianza de la gente en el sistema judicial. Además, hay que tener en cuenta que la cuestión del funcionamiento del poder Judicial es un de los asuntos sociales más importantes, que determina y refleja el nivel de justicia en un país y por eso habría que tomar muy en serio.

Gema Magaña dijo...

PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO

Según la teoría clásica de Montesquieu de la separación de poderes, se distingue entre poder legislativo, ejecutivo y judicial, la división garantiza la libertad del ciudadano, pero ¿De qué ciudadano? Nos han repetido hasta el hartazgo que el Poder judicial debe ser independiente para poder someter a los restantes poderes, en especial el ejecutivo, pero ¿Quién somete a quién?
Estas y otras muchas preguntas son las que rondan al ciudadano español en estos momentos de empacho corruptivo ,en los que el papel de la Justicia se hace llamar y de la cual sólo se obtiene un trato divergente en el que los que pierden, para seguir la tradición, son los de siempre.
De un tiempo a esta parte comenzamos a hablar del 5º poder, el poder económico al que no tiene escape ni la independiente Justicia. Al parecer su influencia es intangible, sus miembros son entes que nadie conoce y se mueven en otro ámbito social que no corresponde al de la mayoría, al de los que sí se aplica la justicia "igual para todos". Son esos que " mueven los hilos" de los demás para su propio beneficio. El problema son ellos, pero en gran parte también lo son nuestros políticos y sus ideas del "estado de bienestar", las metas que se proponen alcanzar no son las que deberían para con el ciudadano. Sus metas se encuentran dentro de una carrera económica entre entidades bancarias y empresariales de los distintos países pero da la sensación, de que aquí, en único que corre es el ciudadano.
Se nos pide respetar la ley, contribuir como buenos ciudadanos y ser responsables de nuestros actos además de trabajar más, cobrar menos y perder ayudas. No podemos apretarnos el cinturón y bajarnos los pantalones a la misma vez, no al menos para estas personas.
Con respecto al papel que juegan los medios de comunicación, es verdad que se han hecho un sin fin de juicios mediáticos paralelos llegando al sensacionalismo y alejándose de la mera función informativa, "en todos lados cuecen habas". Pero peor sería tener perro que no ladra.
Si nos fijamos en grandes tramas como en el caso Nóos, caso Bárcenas y uno de esos largos etcéteras...Han llegado al conocimiento del ciudadano crítico gracias a los "subestimados" medios de comunicación. Estos crean la opinión indignada, la que hace que pensemos sobre qué está pasando, cómo deberían ser las cosas y por qué no lo son. Los que nos dan tema del que hablar en clase, en reuniones con amigos, en el bar, en las cenas familiares. Es indudable que hay una creciente preocupación por lo que está pasando y esto es una manera de empezar a cambiar las cosas. Podemos aceptar que la justicia sea lenta pero lo que no podemos aceptar es que sea arbitraria, subyugada, al fin y al cabo, injusta paradójicamente.

A continuación adjunto un episodio del programa Salvados en que se tratan algunos de los puntos del diagnóstico de la Justicia ofrecido por el profesor:
http://www.youtube.com/watch?v=3nSbp0L33dU

Unknown dijo...

Esther Martínez Martínez, 2ºC

Cambios en la justicia, ¿cuánto tiempo llevamos detrás de ellos? Desde mi punto de vista, quizás se produzca algún que otro cambio, pero no suficiente, ya que esas modificaciones seguramente beneficien a los que forman esa "justicia" y no a quienes realmente la necesitan.
A día de hoy definiría a la justicia como "tengo dinero" o "no tengo dinero". Es triste, pero solo hace falta introducirse un poco en la actualidad contemplar la gran labor de los jueces a la hora de dar por válidas o no a pruebas más que evidentes en algunos casos.
Aun con todo lo anterior, "Los ciudadanos deben de confiar en la Justicia como último recurso para proteger sus derechos y bienes." Sabemos que hay privilegios hacia ciertas personas, conocemos casos en los que los jueces parecen tener una venda en los ojos, y aun así, seguimos confiando en la justicia y en que algún día todo se solucionará y viviremos en un país justo y limpio.
Como bien aclara la periodista María Peral en su reflexión, hay una gran falta por parte de todos para que la justicia funcione. No se puede esperar que algo en conjunto funcione si sus distintas partes integrantes no funcionan de forma interna. Ahí es donde habría que actuar.
Hoy en día en España las cosas son bastante difíciles en muchos aspectos, como ya se sabe, en la economía, en la justicia, en la división interna; y este tema no puede tratarse de forma independiente ya que está ligado a otros sectores del país, que también están en crisis.
Quizá la solución es reorganizar todos los poderes y acercar más sus posiciones a los que verdaderamente están sufriendo esas injusticias y desequilibrios a la hora de aplicar las leyes, que, aunque sería, sin duda, una tarea más que difícil, podría largo plazo dar una solución que, de otra forma, sin mover un dedo, no se alcanzará jamás.

Rebeca Mendoza. ESTADO 2ºC dijo...

Después de leer detenidamente los comentarios de mis compañeros, además de la entrada del profesor, he de plantear una cuestión, ¿realmente alguien se cree que en España la justicia funciona bien? Vivimos en un país en el que tras la crisis, los robos han aumentado, pero este aumento es debido a lo que se llama "robos de necesidad", personas que se han visto en la calle y roban para poder subsistir y comer.
Creo que es bien conocido el caso de Emilia, madre de dos niñas de 2 y 6 años que se encontró una cartera con un DNI y una tarjeta de crédito, y lo utilizó para comprar comida y pañales por valor de 200 euros. Pedían la entrada de esta chica la cárcel (finalmente no se produjo el ingreso debido al apoyo recibido por la población y los medios de comunicación, que consiguieron que el Gobierno indultase a Emilia a través de recogidas de firmas con importantísima repercusión)
Frente a este caso tenemos el caso de Blesa, expresidente de Caja Madrid, que ingresó en prisión por ordenamiento de Edipo José Silva por delito societario, falsedad de documentos públicos y apropiación indebida (se saltó los controles y provocó un agujero de 500 millones en Caja Madrid) al comprar, en 2008, el City National Bank de Florida. La compra del banco fue por 1.117 millones de dólares (754 millones de euros al cambio aplicado en 2008), aunque Caja Madrid primero adquirió el 83% de la entidad y un año después el 17% restante para evitar tener que solicitar el permiso que a partir de cierta cantidad de dinero debía dar el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Para el juez, la posibilidad de un “delito de administración desleal” se apoya en argumentos como “la ausencia de un análisis mínimamente solvente de la entidad y del riesgo asumible, el estudio abiertamente insuficiente del nicho de mercado, el pago de un sobreprecio, y la ausencia de sometimiento a los controles administrativos preceptivos”.
Blesa pasó la noche en la cárcel de Soto del Real, pero, esa fue toda su estancia puesto que sus abogados depositaron la fianza de 2’5 millones solicitada por el juez. Blesa había cobrado, antes de ser sustituido por Rodrigo Rato, unos 12’4 millones entre 2007 y 2010.
Me parece ridículo que se pongan fianzas tan bajas, en comparación con el dinero que tienen ciertos personajes. Está claro que, en España, quien acaba en la cárcel es por falta de dinero, y no importa si has tenido “sobresueldos” o si has cometido actos ilícitos por los cuales tienes en paraísos fiscales millones de euros, el caso es que, ese dinero nadie te lo quita y pagas tu fianza con el propio dinero robado.
Para concluir me gustaría comentar el hecho, de que considero que no estamos únicamente sumergidos en una crisis económica, sino una crisis de valores. Pocas cosas funcionan ya en España y creo que para solucionar las partes conjuntas, habría que empezar por las partes individuales, porque una única parte infectada afecta a todo el sistema en su conjunto. Es como el cuerpo humano, si una parte del cuerpo tiene un tumor, el resto del cuerpo sufre las consecuencias y si, acabo de comparar un tumor con cualquiera de las partes que integran el sistema español, que difícilmente tiene cura y la salida más fácil es extirpar para que no se reproduzca.

Elena Manzano Ferrezuelo 2ºC dijo...

Me parece una entrada muy interesante y además, estoy completamente de acuerdo con los puntos que ha mencionado y que deberían cambiar.

En primer lugar creo que la base de la Justicia debería ser la igualdad, cosa que en España, la mayoría de las veces, brilla por su ausencia.
Lo estamos comprobando con el caso Noós, por ejemplo (entre otros muchos, porque en España otra cosa no, pero corrupción toda y más).
Lo comparamos con el caso de la mujer que se encontró una tarjeta de crédito y la utilizó para comprar pañales y comida para su hijo y es indignante. La mujer estuvo a un paso de entrar en la cárcel mientras que los que nos roban a plena luz del día y en nuestra cara siguen viviendo de lujo.

Para que la Justicia sea igual para todos, justa y objetiva lo que tampoco se puede permitir es que la política se meta por medio. Porque entonces sólo beneficiará a unos pocos.

Tampoco me parece bien que las CCAA "manden" en la parte que les compete. Si hablamos de una Justicia igual para todos no puede haber diferencias entre las diferentes comunidades, porque el ciudadano, como siempre, es el que sale perdiendo.

Otro punto interesante es la lentitud de la Justicia. Puede que esté saturada y que algunos tribunales estén desbordados, pero no se puede permitir que esta razón sea un atenuante.
Que se pueda dilatar tanto un proceso judicial es nefasto y mucho más que se reduzca una condena por ello.

Vuelta a la polémica de los dialectos de ciertas comunidades autónomas, estoy completamente de acuerdo en que se utilice el español para la redacción de los escritos judiciales. No todas las personas que viven en Cataluña saben catalán ni euskera en el País Vasco, etc.
Además del lenguaje complicado y casi indescriptible de ciertos escritos. La mayoría de la gente no tiene conocimientos en la materia y debería ser un lenguaje universal para que todo el mundo pudiese entenderlo.

Para mejorar la Justicia deberían revisarse todos estos puntos, dejar a un lado los intereses y preocuparnos de que realmente el sistema judicial sea confiable. Tal y como estamos en España no veo posible un cambio de la Juaticia en general pero sí creo que es posible mejorar, poco a poco, cada uno de estos aspectos.

Unknown dijo...

El pilar fundamental de la justicia injusta es sin lugar a dudas el punto quinto, sobre la politización de la justica, si los entes encargados de lidiar por dar sentencias objetivas e imparciales están afiliados a partidos políticos, es apenas comprensible que automáticamente su voz no represente a un órgano supremo sino a un vocero de dichos partidos.

La falta de transparencia es más que evidente por el sinfín de intereses de grandes compañías, de gente poderosa, de la misma Monarquía y sobre todo de políticos. El principal foco de una justicia real debe ser la verdad, la libertad y el no condicionamiento a pagar favores –hecho que, por cierto, en la mayoría de ocasiones sucede-. Independientemente del modelo de Estado que adopte un país, la Justicia debe ser inherente a la verdad.

En el caso de España, existe un mal punto de partida, si la relación entre partidos políticos y el presidente del CGPJ está mínimamente ligada, significa que el trato justo e igualitario no deja de ser otra cosa que un término onírico, usado para tener tranquilos a quienes hoy en día todavía creen en ella.

Estoy de acuerdo con los diez puntos citados, son una guía imprescindible para entender mejor el camino que debería tomar la justicia, sería prudente propagar su difusión a través de los medios disponibles para crear en el ciudadano un espíritu crítico y una conciencia colectiva que tanta falta le hace a España.

Yo creería que para mejorar la justicia sería necesaria la disolución por completo de algunas competencias por parte de las CCAA y establecer un órgano único y rígido a nivel Estatal que lidiase con todas las responsabilidades cuyo requisito inalienable fuera la desvinculación de cualquier tipo de movimiento político, eso haría a los procesos más transparentes y eficaces. En gran medida la tensión que vive el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional obedece únicamente a las inconsistencias en la asignación de responsabilidades, el lenguaje judicial –como ha sido indicado- debería ser modulado haciéndolo más entendible y accesible a la gente del común que por ignorancia o falta de interés se desentiende, otra cuestión vital es la justicia desigual, en la sociedad todavía predomina el sofisma “Cuánto tienes, cuánto vales”, y desafortunadamente gran parte de nosotros lo cree y lo aplica. Las penas para las relaciones de amiguismo deberían ser castigadas de manera ejemplar, al igual que los currículums deberían ser anónimos a la hora de solicitar un puesto que exija a gente capaz.

Mientras siga el sistema judicial funcionando así, no dejará de ser otra cosa que una lépera burla a la verdadera justicia que los ciudadanos merecen y tanto necesitan.

Jorge López dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jorge López dijo...

Como he visto muchos comentarios apoyados en la Constitución, Código Penal,... yo me voy a centrar en el plano humano y social.

Cuando he visto el dato, que antes no manejaba, de ingreso de asuntos en los tribunales, en comparación con Francia, me ha venido a la cabeza una anécdota muy simpática y curiosa de una amiga mía.

Mi amiga vive en un pueblo de 40.000 habitantes, y en la casa contigua vive una familia gitana que tiene mala fama en la comarca. Pues bien, mi amiga tenía un pájaro en el patio, que cantaba por las noches y molestaba a los vecinos, asique éstos, presuntamente robaron el pájaro. La chica estaba segura de que habáin sido los vecinos, asique los llamó ladrones, y éstos, denunciaron a la chica y fueron a juicio. Obviamente el caso se sobrestimó.

Pero no solo en el ámbito jurídico existen estos casos de recurrimiento fugaz y sin "motivos de peso". Otra chica, que lleva siendo enfermera poco más de 3 años, de Madrid, se queja de esos avisos a los que tienen que acudir las ambulancias, en los que no son necesarios en absoluto. Dice que suele ser gente mayor con un catarro, o un resfriado.

Aunque en este aspecto no sé como estaremos con respecto a Europa.

La mentalidad de los españoles se basa, por lo general, y sobretodo entre las personas de avanzada edad, en buscarle cualquier resquicio de "pillo" a la ley, pero en el momento en que ésta nos perjudica, nos rasgamos las vestiduras por una injusticia que no nos merecemos por nada del mundo.

Puede que ésto sea fruto, para muchos, de una jóven democracia, aunque bajo mi punto de vista no es por una "ya no tan joven" democracia, sino por una larga dictadura, en la que todo el mundo buscaba su libertad a través del principio "no es ilegal si no te pillan"; y ésta no se olvidará hasta que las generaciones que la han vivido, dejen este mundo.

Quizá por ello ya es hora de una regeneración política, judicial y constitucional de la ley, en la que se deje paso a los jóvenes y que se añadan cosas a la Constitución que, en su día era lo más seguro y mejor, pero que ya se han quedado obsoletas.

Pero la cosa es, que entre la gente de más de 50 años esto no cambiará. Una vez le pregunté a un empresario cercano a mí, que tiene una empresa con 30 empleados aproximadamente, si alguna vez había hecho algo que la ley pudiera castigar de cualquier manera, y su respuesta fue "Yo siempre he intentado ser lo más legal posible, pero ves al vecino de al lado que le hace alguna `perrería´ a hacienda, que aunque pequeña, le da una ventaja sobre tí, y nadie lo castiga, ¿entonces qué haces?"

La honradez de una sociedad es inversamente proporcional a la seguridad que existen en los servicios públicos de cada país.

- Madrid tiene en el metro, tornos, además, una de cada 100 veces que te montas, te encuentras a un revisor.

- En Helsinki no existen ni tornos en la mayoría de las estaciones.

- En Budapest hay 4 o 5 guardias de seguridad, por estación, para comprobar todo billete de cualquier persona. Además, éstos guardias, por su morfología, se asemejan más a un tanque que a una persona normal.

¿Regeneración política, judicial y constitucional? por supuesto, pero ésta tiene que ser total, y estoy absolutamente seguro de que cuando un partido importante empiece a ejercerla, los demás le copiarán.
Pero la síntesis es la siguiente, ¿los partidos se fían de los jóvenes? y lo que es más importante, ¿nos fiaríamos nosotros, por lo general, de que nos gobernasen personas con menos de 40 años?. Personalmente yo creo que todos queremos lo que no tenemos, pero también nos da miedo el cambio y somos conformistas e individualistas.

Héctor González García dijo...

Coincido en muchos aspectos con el resto de mis compañeros, pero si hay una palabra que para mí define a la perfección la causa del problema de la justicia en España es desconfianza.


Siempre hemos hablado de que la justicia debería ser lo más independiente posible, algo bastante utópico teniendo en cuenta la constante influencia de, por ejemplo, los medios de comunicación. En más de una ocasión han sido capaces de movilizar a la población para reprochar una decisión judicial e intentar cambiarla, cosa que en algún caso ha desencadenado las reacciones de los jueces y fiscales a favor de la aclamación popular, dejando en un segundo plano los criterios propios.

Es muy difícil que exista justicia, si vaya usted a saber por qué, desde un medio que crea opinión sobre millones de personas se pide la justicia que la línea editorial desea. El ejemplo más claro es el del 11M, ya que tras haberse celebrado el juicio (16 jueces estuvieron de acuerdo en ello) la banda terrorista ETA no aparece en la sentencia. Sin embargo, el diario El Mundo, ha continuado proclamando durante estos años su teoría de la conspiración, arrastrando tras de sí a muchos españoles y dejando en duda a la justicia de nuestro país ante el caso que más ha seguido de cerca la población.


Además, la justicia debe ser la base de toda democracia, y la democracia debe tener como base la separación de poderes. Actualmente, en España desde el nombramiento de los miembros de los altos organismos del poder judicial, la separación de poderes ya ha desaparecido. Al tener los partidos políticos la libertad de elegir a los componentes, obviamente escogen a los magistrados que más les convenga, lo cual ya les predispone a tomar las decisiones que desde los partidos se deseen tomar. Es muy difícil pedir a un ciudadano que crea en un juez si este llegó al puesto que ocupa más por tener un posicionamiento marcado que por haber trabajado duro con total independencia. El juez de la Audiencia Nacional, Gómez Bermúdez en declaraciones a laSexta aseguró que los jueces vivían día a día con las presiones de arriba y que el amiguismo era clave para ocupar según que puestos.


No es posible crear un sistema de justicia sólido sin que el ciudadano confíe plenamente en este poder. ¿Cómo puede confiar si cuando se imputa a un miembro de la institución más importante del Estado como la Corona se le 'desimputa' un mes después? ¿Cómo puede confiar si la justicia no es capaz de parar las medidas anticonstitucionales llevadas a cabo por varios gobiernos a lo largo de la democracia? ¿Cómo puede confiar si se imponen unas tasas para que los ricos tengan más posibilidades de defenderse que los pobres? ¿Cómo puede confiar si en cada Comunidad Autónoma se gestiona la justicia a su manera? ¿Cómo puede confiar en una de las instituciones más opacas del país?


Con independencia.

Anónimo dijo...

CATAS EN LA JUSTICIA INJUSTA


Un Estado de derecho en el que la Justicia renquea es una contradictio in terminis. España tiene como asignatura pendiente tener un sistema judicial de calidad, en el que los procesos no se eternicen y cuya imagen no esté empañada por la politización.
Sin embargo, hay que ir más allá de los males conocidos por todos, que empiezan a ser tópico y lugar común. El decálogo- diagnóstico ofrecido por el profesor tiene como novedoso algo que suele pasar desapercibido en la prensa. Generalmente, se lamenta –y con razón- la falta de medios que caracterizan a los juzgados. Sin embargo, pocas veces se habla de los trabajadores, de las personas que trabajan en ellos y los sacan adelante. Y hablar de ellos es lo más importante, porque existe «la desilusión de los que hacen Justicia: jueces, fiscales, funcionarios, procuradores, abogados…», lo que da lugar a la «falta de entusiasmo». Y, ¿cómo se va a revitalizar un sector cuando los encargados de ello están quemados por un presente negro y un futuro sin cambio de color? En España, la Justicia ha sido una salida profesional llena de prestigio; sería un suicidio para el país que entrase en la penosa lista de profesiones con más bajas por depresión o estrés.

En esta cuestión del atoramiento de los juzgados tiene mucho que ver no sólo la falta de medios sino la «litigiosidad excesiva» o los «expedientes en la silla». Las cifras aportadas de pleitos en España, en comparación con Francia, son escandalosas. Un buen método para aliviar puede ser fomentar la figura del arbitraje, desarrollándola y haciéndola cada vez más común; perfilando y delimitando las funciones del árbitro y, por qué no, profesionalizándolo. Aunque no soy perito en la materia, tengo la sensación de que la subida de tasas acabará favoreciendo que sólo unos pocos puedan ir a juicio. El exceso de litigiosidad es malo, pero es peor que ese exceso sólo se lo puedan permitir unos pocos.
Por otro lado, muy relacionado con lo anterior está la lentitud, que es la gran tara de la justicia en España. Una justicia lenta no es justicia, se dice. Pues la figura del árbitro puede ayudar a descongestionar los juzgados.

Otro punto muy interesante del decálogo y que no suele estar reflejado en los medios es la sobreabundancia de legislación. Cada gobierno, tanto nacional como autonómico, parce entender que legislar mucho es sinónimo de buen hacer, cuando es todo lo contrario. En sus Consideraciones sobre Francia, el contrarrevolucionario Joseph de Maistre afirma que uno de los males de la Revolución ha sido el continuo legislar de todo y sobre cualquier cosa. A diferencia de los revolucionarios franceses, nuestros políticos no se encuentran en la encrucijada histórica de la construcción del Estado liberal, sino que su «hiperinflación legislativa» se debe más a clientelismos y a golpes de emotividad (anunciar leyes según la coyuntura social lo demande, aunque jurídicamente no sea necesario). Además, la España de las Autonomías ha favorecido la aparición de 17 miniconstituciones de facto, pues son los gobiernos autonómicos los que mayor necesidad tiene de justificar su existencia, y los más dispuestos a demostrar lo necesarios que son atiborrando de leyes a sus ciudadanos (amén de la cuestión clientelar, mucho más fuerte en estos ámbitos cercanos).

César Cervera Moreno dijo...

La riqueza de una nación no se cuenta por sus fuentes de recursos sino por la fortaleza de sus instituciones. Dice el artículo: uno de los problemas de la Justicia en España es que los políticos “no quieren arreglarla porque la función de control de poder es mejor que se ejercite mal y tarde”. Y por otra parte tener un sistema judicial eficiente y de garantías es uno de los pilares básicos para potenciar la economía de un país. Lo cual España requiere con urgencia.

¿Quieren los políticos españoles sacarnos de la crisis? Sí, seguramente, pero no están dispuestos a estabilizar el poder judicial ni ha despolitizarlo. Y de alcanzar ese punto dependen dos factores claves: conseguir un auténtico sistema democrático, donde los tres poderes (judicial, ejecutivo y legislativo) estén claramente delimitados, y obtener un sistema económico, donde la Justicia actúe con rapidez en defensa de las empresas que deciden concurrir por las vías legales. Esto es, en un país con tan alta tasa de economía sumergida, que haya incentivos para las empresas que lo hacen todo de forma legal.

Una vez destinado el dinero necesario para mejorar la Justicia, que viene a ser la mejor inversión a largo plazo (como ocurre con la educación) que puede realizar un Estado, el resto de los defectos del sistema se remediaran con el tiempo. Es, en definitiva, un asunto de falta de medios. ¿Falta de implicación de los operadores jurídicos? Por supuesto, a nadie le gusta trabajar en una “empresa” desprestigiado que es incapaz de realizar su trabajo con velocidad. Y precisamente de la falta de velocidad deriva la sensación que tiene el ciudadano de que la justicia impartida de forma tardía ya no es justicia ni es nada. Con más fondos públicos se alcanzaría más rigor y más velocidad en los procesos judicial.

En definitiva, hemos puesto la Justicia en manos de los políticos, que no son para nada sospechosos de querer solucionar el problema. Y a ellos no les interesa desatascar el sistema.

Eduardo de Rivas dijo...

Justicia lenta y sin sentido

La Justicia es la gran asignatura pendiente de España. Es un punto que debe mejorar en todos los sentidos, especialmente en el de la rapidez. No se puede entender que en un país teóricamente desarrollado como es España haya que esperar más de tres años para saber, por ejemplo, si se imputa o no se imputa a la Infanta Cristina. Si se le imputa finalmente, bien; si no, también, pero es algo que se debe solucionar pronto, aunque de aquí a que ese caso se resuelva en un tribunal habrá que esperar varios años más... aún. No es el único caso lento. De hecho, se me ocurren pocos casos que se hayan resuelto de forma rápida en este país.

España está completamente politizada. Y la Justicia se ha visto involucrada también en este proceso en el que está envuelto el país. Pocos son los que piensan que la Justicia es igual para todos, porque siempre habrá quien se libre de alguna condena por ser quien es o simplemente por tener amigos en determinados lugares... o porque quien le juzga es de un lado o de otro. La política también ha llegado a este punto y la Justicia está continuamente cuestionada.

MARTA RODRÍGUEZ DOMINGO dijo...

NINGÚN GOBIERNO QUIERE PONER EL CASCABEL AL GATO

Como dijo Alfonso Guerra en 1985, Montesquieu ha muerto. Y con él, la independencia de la Justicia española. En aquellos tiempos, el Gobierno socialista aprovechó su mayoría absoluta para reformar la Ley del Poder Judicial e instaurar un sistema en el que el Poder Legislativo participara en la designación de los altos cargos del Poder Judicial. Desde entonces, los partidos mayoritarios han aprovechado su posición para colocar a sus candidatos sin ningún tipo de disimulo. Y por si fuera poco, la falta de entendimiento entre las formaciones dominantes ha provocado retrasos en la de los miembros Consejo General del Poder Judicial en varias ocasiones. Unos relevos que incluso se han llevado a cabo con varios años de dilación.

Han pasado treinta años de aquella frase y la realidad actual no dista de aquel escenario que Guerra resumió en tres palabras. La sensación general entre los ciudadanos es que la Justicia está gravemente politizada. Una percepción que se enquista más en la sociedad española cuando se producen indultos no del todo o nada comprensibles y cuestionados por el Tribunal Supremo. Además, las sucesivas reformas de la Ley Orgánica del Poder Judicial, la última promovida por Gallardón, han dejado las cosas tal y como estaban. No han sido más que intentos de lavado de cara que se ha interpretado como otro intento más de subordinación del Poder Judicial.

No puede haber medias tintas con la Justicia. Ya se conocen los problemas de la Justicia y hay cientos de informes que ponen sobre la mesa las posibles soluciones. Incluso, el propio CGPJ trazó en 2009 una Hoja de Ruta en la que indicaba las 14 leyes que habría que modificar para acometer los cambios necesarios que agilizaran la administración de la Justicia. Porque a nadie se le escapa que la reforma debe ser integral para que realmente sea efectiva.

Silvia Navarro dijo...

Coincido en la mayoría de puntos expuestos en el artículo, no como sabía conocedora del intríngulis de nuestro sistema judicial sino como ciudadana que lo sufre en sus propias carnes.
En relación a un caso personal quiero recalcar la lentitud y lo digo con mayúsculas de los procesos judiciales así como el funcionamiento de la Administración de Justicia.
Considero que debería ser conditio sine qua non que se respetase de manera estricta los plazos previstos para los procesos en nuestro ordenamiento jurídico.
Otra idea que propongo para mejorar la justicia seria la reforma de la legislación vigente con el fin de adaptarla al espacio jurídico actual, por ejemplo en el caso de los delitos informáticos (pornografía infantil, ataques informáticos...).
Y ya por último aunque suene un poco a utopía tratar de evitar la intervención del Poder Ejecutivo en los nombramientos del Poder Judicial, con la finalidad de garantizar su independencia.

Alicia Mangana Ríos dijo...

Ciertamente, estoy de acuerdo con que la justicia necesita una transformación profunda y además con carácter inmediato. Los problemas que se plantean están ahí y deben solucionarse. La lentitud de la justicia que hace que se tarden numerosos años en resolver un caso y que a su vez provoca la acumulación de otros en los tribunales, es un problema fundamental. Así como las elevadas tasas judiciales que provocan que gran parte de la ciudadanía no pueda defender sus derechos por ejemplo, en el ámbito laboral. Ahora la justicia está en función del poder adquisitivo. Un claro ejemplo, es el caso de un trabajador de una patronal. Este interpone una demanda contra la empresa pero debido a que no tiene poder adquisitivo no posee la capacidad para interponer recursos, de tal forma que gana la patronal, es decir, el que tiene dinero. Pero además, hay un problema también con los políticos. En las distintas campañas electorales los partidos políticos abogan porque van a realizar transformaciones en la justicia. Sin embargo, esto nunca lo cumplen, no lo llevan a cabo. Tan solo deberían empezar por el principio, destinar más presupuesto al poder judicial con el que poder empezar a hacer cambios. Pero no lo hacen y es la parte fundamental para comenzar un cambio en el poder judicial.

Ana Karla Torres 2º G dijo...

Un aparato de justicia politizado es un aparato frágil y viciado. Que el gobierno tenga injerencia en el CGPJ, encargado nada más y nada menos que de la elección de los jueces, es un atentado que debilita la esencia de la democracia constitucional al poner en duda la eficiencia de los frenos, controles y contrapesos a los que en teoría debería estar expuesto el Estado.

La mejor forma de garantizar un funcionamiento cabal de la justicia es garantizar que quienes juzgan no estén del lado de los sujetos a juzgar, es decir, que exista independencia del poder judicial para actuar velando por los intereses generales y no por el interés de quien de antemano ha colocado las fichas del ajedrez a su conveniencia.

Al haber injerencias ajenas al interés general en el entramado del Poder Judicial, está claro que el criterio en la elección de los jueces no será siempre el criterio cualitativo, de mérito o capacidad, sino el compadrazgo, la fidelidad, la política pequeña que, lejos de mantener la balanza de la justicia equilibrada, la desajusta y la inclina del lado de aquellos con mayor capacidad de influencia, no precisamente del lado del pueblo español.

Todo esto no hace más que vulnerar el derecho de igualdad ante la ley del que tanto se vanaglorian las democracias occidentales. En España, es evidente que no es lo mismo robar siendo un alto cargo del PP, o siendo miembro de la familia real que siendo un roba bancos cualquiera. La justicia, que los griegos la representaban como una señora de ojos vendados, en España sí tiene ojos, discrimina y juzga según quien se trate ¡y cómo no! Si para ello ha sido trazada a gusto, como muestra habría que recordar la reforma de la LOPJ promovida hace no mucho por Gallardón.

Naiara Fernández dijo...


Tras leer esta entrada he llegado a varias conclusiones acerca de los problemas en la Justicia española, apoyadas casi todas, por distintos apartados del texto: Justicia tremendamente politizada, Estado de Derecho cuestionado debido a algunas decisiones judiciales y la aparente existencia de dos justicias diferentes; idea amparada en hechos como el aforamiento.
Al igual que muchos ciudadanos, al coger un periódico y leer la multitud de noticias relacionadas con actuaciones judiciales, sobre casos en los que políticos de cualquier signo están implicados, la separación de poderes suena a una broma de mal gusto.
Resulta paradójico cómo un político que ha sido acusado de multitud de delitos, para cometer los cuales se ha aprovechado de un determinado cargo o posición dentro de una administración pública, llegando incluso a “saquear” esta, es tratado con todo tipo de favor, hasta el punto de juzgarle en una instancia superior y distinta que la que se encargará del caso de cualquier ciudadano de pie. ¿Cómo puede el ciudadano creer en una justicia que trata con mayor distinción a las personas que, supuestamente, velan por sus intereses, cuando lo que realmente hacen es buscar su propio enriquecimiento y bienestar?
En base a esto, parece que somos testigos de la aplicación de dos justicias, dependiendo de dónde proceda o qué puesto ocupe el acusado. Incluso el propio presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ declaró que la justicia estaba hecha para el “robagallinas” y no para el gran defraudador. Ante declaraciones de este tipo de figuras tan relevantes dentro del poder judicial como Carlos Lesmes, ¿qué confianza le puede merecer a los ciudadanos uno de los grandes pilares de la democracia como es la Justicia?
Creo que es necesaria una reforma de la justicia por parte de las instituciones públicas, aunque resulta un poco utópico pensar en esto, cuando los representantes de dichos organismos son los que se aprovechan de este “doble rasero”.

宛吟邹 wanyin Zou dijo...

Según el profesor, ha dado algunos puntos de los problemas que tienen ahora en el ámbito judicial español. También estoy acuerdo con él. Porque la justa justicia es un canal para llegar a una sociedad mejor. Los ciudadanos deben de confiar en la Justicia como último recurso para proteger sus derechos y bienes. Asegurándose de tener el poder de igualdad de cada ciudadano.Aquí están los puntos que he cogido del blog del profesor Manuel, y quiero dar mis opiniones sobre ellos. Aunque la ley de cada país es distinta, tiene que ver con su propio sistema político y la situación de la sociedad. Pero en general, la justicia viene de la ley, se considera a la situación del sistema político español y la situación de la sociedad española. En España, se utiliza el sistema político Monarquía constitucional y un país del capitalismo avanzado en el mundo occidental. En el gobierno, se usa el sistema parlamentarismo. Pero hay algunos problemas que son tema político. Ha dicho el profesor como el quinto ‘La politización de la Justicia.’2 .Falta de voluntad política. ¿Una Justicia que control al poder?El pensador famoso Montesquien define el “poder” a la vez como función y como órgano.Pienso que el poder puede orientar a un país, pero también hay que limitarlo en algunas situaciones, donde se rompe con la idea de parlamento igual a nación. También hay otro tipo de poder constituyente que es la denominación del poder que tiene la atribución de establecer la norma fundamental de un ordenamiento jurídico, y el legislativo va a aprobar las leyes que a partir de ahora van a estar por debajo de la constitución.Para mí, en un país para llegar al destino de poder más justo es el Modo de realización de la separación de poderes en los grandes países capitalistas son diferentes, pero la verdad es que sólo los Estados Unidos (Presidencialismo)La introducción de "separación de poderes" y más de otros países occidentales una parlamentaria (sistema parlamentario). El rasgo distintivo de los sistemas parlamentarios occidentales es que el poder legislativo y el poder ejecutivo no son separados. No sólo es la legislatura del Parlamento, y fue el centro del poder. El ejercicio del poder ejecutivo del Parlamento (cámara baja), incluido el primer ministro, es también el patrón de separación de poderes.Elegido por el Parlamento (generalmente el líder del partido mayoritario en el Parlamento).

Wanyin Zou dijo...

Ambos pertenecen a la rama legislativa y el poder ejecutivo. Es decir, el poder legislativo y el poder ejecutivo es esencialmente uno. Dos potencias no sólo son simbióticos, que produce asambleístas elegidos indirectamente, las elecciones de primer ministro (primer ministro) y el factor común, a saber: primer ministro (primer ministro) debe mantener el apoyo mayoritario de la Junta, o ya sea para bajar o disolver la Asamblea y convocatoria de nuevas elecciones. No sólo eso, en General, el sistema parlamentario es límite de plazo, mientras tenga el apoyo de una mayoría en el Parlamento, el primer ministro (primer ministro) no puede continuar para siempre. Bajo el sistema parlamentario, el gobierno (el gabinete) por el partido mayoritario en el Parlamento (o coalición), que es responsable ante el Parlamento. Reino Unido es uno de los típicos sistemas parlamentarios. Bajo el sistema parlamentario, fiesta política es esencialmente dominan la mano oculta de la política parlamentaria, "la supremacía del Parlamento" es esencialmente "partido primero".Además, en la sociedad actual, todavía existe muchos casos de la injusta justicia. Por ejemplo, , la noticia de esto:
‘Denuncian una nueva muerte en el hospital de Toledo sin ser atendido por falta de camas’ es un reflejo de nos indica que en la sociedad existe la gente no puede gozar el derecho más básico de la salud. Los mismos trabajadores del centro ya han expresado muchas veces su impotencia. "Somos las primeras víctimas de esta política de recortes, nosotros sufrimos junto con los enfermos las consecuencias de la falta de recursos y el desvío de las partidas económicas a la sanidad privada. Los trabajadores de este servicio lo sabemos mejor que nadie".Es un gran problema que tenemos en nuestra sociedad, porque las condiciones básicas están vulneradas, y cómo vamos a gozar más derechos de bienestar e igualdad.Por eso, también, creo que los medios de la comunicación hoy en día tiene un papel súper importante, para transmitir las informaciones y declarar los casos injustos que existen en nuestra sociedad, y los periodistas como nosotros la función que llevamos no es solucionar todos los problemas de nuestra sociedad, o quejarnos sobre las malas condiciones sino mejorar nuestra sociedad, y apoyar a todos los ciudadanos.

Unknown dijo...

En la sociedad española hay un especial desencanto con la Justicia, pero últimamente más que nunca.Ha sido incrementado por la crisis, la necesidad y la falta de amparo que tienen las familias españolas, choca con la impunidad de muchos de los qe nos han llevado a ella, y para más inri cobran tasas para que los menos pudientes no tengan acceso a una Justicia que puedan mediar en su problemas. El Gobierno ha quitado el "tasazo" pero aun así qué había detrás de allo? Afán recaudativo o desinflar tanta carga de trabajo que hay en los tribunales? probablemente las dos cosas. Pero siempre pagan el pato los más desfavorecidos. Las leyes no están actualizadas para lo que requiere el pueblo hoy por hoy. En el atículo, Sánchez de Diego dice que los trabajadores de la justicia están desencantados, pero si dentro del propio sistema hhay desencanto cómo va a estar el resto de la sociedad española? Esa politización e impunidad de los poderosos es lo más sangrante. Ya no solo la lentitud de los procesos, que el caso Gurtel llevará como diez años de instrucción, sino que por ejemplo, un propietario de un piso le hayan metido unos okupas y no pueda echarlos de su casa al momento porque una vez dentro de su casa cambia la legislación y puede tardar años en sacarlos de su casa. Y eso si un señor juez no les hace un alquiler social. ¿Quién protege al propietario? Me refiero a los particulares, no a los bancos, que son los primeros morosos en las comunidades de vecinos. Así que es difícil que los ciudadanos puedan "confiar en la Justicia como último recurso para proteger sus derechos y sus bienes".
La única forma de mejorar la Justicia, ya no de una Justicia justa, porque eso lo considero una utopía, sino de hacerla mejor para todos viene de la mano de una voluntad política pero nadie se moja. Los políticos siempre salen bien parados tal y como está así que no les renta trabajar más. Para qué? Cobrar van a cobrar igual.

No echo en falta ningún punto en el artículo. Todos esos puntos son los destacables para dar respuesta a la situación de desafección actual en la sociedad.

Anónimo dijo...

¿Se han dado cuenta de que por parte de la Sociedad, el grado de satisfacción respecto al funcionamiento de la maquinaria judicial en este país es inversamente proporcional al número de personas a las que por una causa o por otra les toca ponerse en sus manos?

Dicho de otra manera, cuanta más gente tiene que pasar por un juzgado, más aumenta el número de disconformes con la judicatura. Digo yo, que si esto le pasara por ejemplo a una gran superficie, tendría únicamente dos alternativas: o bien analizar y enmendar o desaparecer.

Por lo visto, con la Justicia hay otra más: que todos traguemos y que sigan campando a sus anchas, haciendo de su manera de ver las cosas "jurisprudencia", sabiendo que no habrá nadie que se atreva a llevarles la contraria, ya que será la propia maquinaria judicial quien doblegue a los herejes contrarios y hostiles a su manera de pensar y actuar.

Quizá llegados a este punto, y habiendo conseguido que el arco político se entere de que ya no aceptamos su concepción de la sociedad democrática, sea el turno de hacer saber a la judicatura que ya no estamos conformes con su manera de actuar. Que no vale todo por el hecho de vestir una toga.

Y sobre todo de que no olviden la máxima de que una ley lo es por ser justa y no es justa por ser ley.

A lo mejor soy un romántico utópico, pero ojalá las ganas que sigo teniendo de gritar me acompañen siempre. Pienso que todavía podemos dejar un legado mejor que el que nos encontramos, pero para eso, todos tenemos que poner de nuestra parte, INCLUIDO LOS JUECES, aunque la mayoría de ellos no estén por la labor, y créanme, por lo vivido en carne propia, sé perfectamente de lo que les hablo.

Un saludo para todos.

Francisco.

Belén López Ruiz - Estructura 409 dijo...

Me parece una entrada muy adecuada e interesante y estoy completamente de acuerdo con los puntos a cambiar que menciona y explica el profesor. Además, creo que son una excelente guía para entender a grandes rasgos lo que debería cambiar en la justicia de este país. De hecho, una de las frases más escuchadas por todos acerca de este tema es que la justicia va lenta, por lo que necesita de una profunda transformación que ayude a solventar, no solo ese problema sino todos los demás, ya que la justicia es uno de los pilares fundamentales de una democracia como es España.
Por otra parte, hay que destacar que hay más problemas en la justicia a parte de esos 10. Por ejemplo, uno de los grandes problemas en la justicia, desde mi punto de vista, es que muchas veces no es tomada en serio y por lo tanto no se obedece a ciertas normas, lo que puede dar lugar a casos injustos.
Necesitamos una mayor concienciación social de quien somos y que derechos y obligaciones tenemos dentro de este país, así como tener presente que consecuencias tienen nuestros actos.

Manuel Sanchez de Diego dijo...

Belén, gracias por el comentario.
La aportación más interesante que hace "es que muchas veces no es tomada en serio y por lo tanto no se obedece a ciertas normas, lo que puede dar lugar a casos injustos". Pero tambien podemos enfocarlo desde una perspectiva completamente diferente: "quizás la injusticia se encuentre en las normas o, incluso en la forma como se aplican esas normas... por eso la desobediencia a las normas y a las decisiones de los jueces... es una forma de hacer Justicia"

Pau Castro Sánchez - Estructura 409 dijo...

Es un artículo muy acertado que sin duda merece la pena releer actualmente. Además de ser completo analiza la objetividad de la justicia y gracias a esta da pie a la reflexión, muy oportuno en la situación a la que nos enfrentamos. Considero que la parte más importante y primordial de la justicia es la gente. A pesar de que tenga que basarse siempre en una normativa y leyes, al fin y al cabo la justicia responde a unos intereses sociales básicos como son los derechos fundamentales y en base a este ejemplo se puede entender, bajo mi punto de vista, la justicia como protección del pueblo.
Actualmente los organismos judiciales preservan más su interés y beneficio personal en lugar del social, y es algo que me parecía interesante resaltar porque es lo que me ha hecho pensar el artículo del profesor Manuel.
Repetir que me parece adecuado para reflexionar sobre el verdadero significado de la justicia y qué debemos exigir de la misma.

María Balfagón Sangrós - Estructura Constitucional 409 2ºC dijo...

Me ha parecido un articulo muy interesante y verídico en todas sus afirmaciones; además de ser de fácil lectura y con las ideas plasmadas con claridad.
El artículo comienza con esta afirmación: ; con la cual yo estoy completamente de acuerdo y resume perfectamente todos los puntos siguientes que voy a mencionar.

Primero de todo, respecto a la falta de implicación de los operadores jurídicos creo realmente que es así porque no trabajan tan comprometidos como deberían y eso se plasma en la justicia del país. Tal como cita Manuel: .

Respecto a la falta de voluntad política, el miedo de que el poder que posee la justicia pueda llegar a superar al poder del Gobierno, provoca que este último no permita la total independencia a la Justicia. Tal y como cita Manuel: .
Esto va también muy ligado al punto de la politización de la justicia ya que la justicia debería ser totalmente apolítica y no tener vinculación a ninguna ideología ni partido político. Se dio el caso del ex presidente del Gobierno:  

Respecto a los tres patrones para la justicia, estoy completamente de acuerdo en el hecho de que nuestro Estado este dividido en autonomías dificulta algunos trámites y temas importantes como la justicia. El poder se centra en su propia comunidad autónoma: ; y se pierde el sentido de unidad del país en un tema tan igualitario como debería ser la justicia.
También aquí se presenta el punto de justicia desigual ya que no se legisla igual en todas las comunidades autónomas:

Esto ultimo mencionado, yo lo relaciono también con la falta de la transparencia de la justicia donde se cita el hecho de que todo los procedimientos judiciales deberían tramitarse en una lengua común: ; no tiene sentido que haya tramites que cuesten más tiempo del que deberían por el hecho de estar escritos en lenguas diferentes. Sería más lógico, rápido y justo si se todo se tramitase en una misma lengua común estatal (respetando la lengua materna a la hora de expresarse).

Respecto a la litigiosidad excesiva es verdad que: ; y yo lo relaciono con la lentitud de la justicia ya que es cierto que en España es lenta y se hace notar negativamente en numerosos casos como por ejemplo:

Por último, cierto es también que se legisla mal y demasiado y muchas veces se enrevesa la justicia mucho más de lo que debería, como por ejemplo en las tensiones presentes entre el TC y el TS.

Creo que no todos los ciudadanos tenemos el mismo sentido de justicia ni opinamos que debería realizarse de la misma forma. Pero sin duda, es algo que nos incumbe a todos como miembros de un mismo país y deberíamos luchar en un mismo bando porque fuese imparcial, justa, objetiva y apolítica.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
María Balfagón Sangrós - Estructura Constitucional 2ºC (409) dijo...

Me ha parecido un articulo muy interesante y verídico en todas sus afirmaciones; además de ser de fácil lectura y con las ideas plasmadas con claridad.
El artículo comienza con esta afirmación: “Una de las claves para la regeneración de nuestro país, incluso para afrontar la crisis económica es precisamente conseguir un sistema judicial que sea ágil, seguro, confiable , con seguridad jurídica, apolítico... en una sola palabra: justo.”; con la cual yo estoy completamente de acuerdo y resume perfectamente todos los puntos siguientes que voy a mencionar.

Primero de todo, respecto a la falta de implicación de los operadores jurídicos creo realmente que es así porque no trabajan tan comprometidos como deberían y eso se plasma en la justicia del país. Tal como cita Manuel: “Jueces divos, más preocupados en su proyección pública que en impartir justicia".

Respecto a la falta de voluntad política, el miedo de que el poder que posee la justicia pueda llegar a superar al poder del Gobierno, provoca que este último no permita la total independencia a la Justicia. Tal y como cita Manuel: “La idea que los actos de políticos sean revisados por el Tribunal Supremo (o TSJ) 6 años después… y salen gratis”
Esto va también muy ligado al punto de la politización de la justicia ya que la justicia debería ser totalmente apolítica y no tener vinculación a ninguna ideología ni partido político. Se dio el caso del ex presidente del Gobierno:  ““La designación” del Presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo  por parte del anterior Presidente del Gobierno (Rodríguez Zapatero dijo quien iba a ser antes de ser elegido por el CGPJ) significó una burla de la separación de poderes.”

Respecto a los tres patrones para la justicia, estoy completamente de acuerdo en el hecho de que nuestro Estado este dividido en autonomías dificulta algunos trámites y temas importantes como la justicia. El poder se centra en su propia comunidad autónoma: “ Las CCAA  quiere controlar –mandar porque para eso pagan‑ la parte de de la Justicia que les compete.”; y se pierde el sentido de unidad del país en un tema tan igualitario como debería ser la justicia.
También aquí se presenta el punto de justicia desigual ya que no se legisla igual en todas las comunidades autónomas: “En asuntos que no son unificados por el Tribunal Supremo, podemos encontrar fallos y criterios dispares en los Tribunales Superiores de Justicia de las Comunidades Autónomas."

Esto ultimo mencionado, yo lo relaciono también con la falta de la transparencia de la justicia donde se cita el hecho de que todo los procedimientos judiciales deberían tramitarse en una lengua común: “Debería existir una única lengua de tramitación en todos los procedimientos  judiciales, respetando los derechos de los intervinientes a expresarse en su lengua materna. Una única lengua común en toda España, de esa forma cualquier expediente, sumario, o documento estaría a disposición en el idioma común y que es obligatorio conocer"; no tiene sentido que haya tramites que cuesten más tiempo del que deberían por el hecho de estar escritos en lenguas diferentes. Sería más lógico, rápido y justo si se todo se tramitase en una misma lengua común estatal (respetando la lengua materna a la hora de expresarse).

Respecto a la litigiosidad excesiva es verdad que: “Algunos Tribunales están desbordados por el número de asuntos.”; y yo lo relaciono con la lentitud de la justicia ya que es cierto que en España es lenta y se hace notar negativamente en numerosos casos como por ejemplo: “La lentitud para cobrar un impago puede llevar a la ruina a cualquier pequeña empresa.”

Creo que no todos los ciudadanos tenemos el mismo sentido de justicia ni opinamos que debería realizarse de la misma forma. Pero sin duda, es algo que nos incumbe a todos como miembros de un mismo país y deberíamos luchar en un mismo bando porque fuese imparcial, justa, objetiva y apolítica.

Linxin dijo...

Linxin Du - Estructura Constitucional 2ºC (409)

Después de leer este artículo, como extranjero, entiendo los problemas y las reflexiones del entorno judicial español actual, creo que hay algunos problemas que no son solo en España. Mientras pienso en estos temas, también pensaré en los problemas judiciales en mi país.
Según la teoría de Montesquieu sobre la separación de poderes, la justicia es diferente de la legislación y la administración. Es el poder de "castigar crímenes o juzgar disputas privadas". Es un papel puramente legal en la naturaleza, no político.

La mejora del entorno judicial es un proyecto sistemático. No debería depender todo del cambio de una persona o institución. Creo que todas las personas deberían participar en la reforma del sistema judicial. Estoy de acuerdo con lo que dijo el profesor. La clave para la regeneración de cualquier país requiere "lograr un sistema judicial que sea ágil, seguro, confiable, con seguridad jurídica, apolítico...".

Actualmente estamos experimentando cambios importantes en la economía y la sociedad, pero la legislación tiene cierta inercia y resistencia, lo que a menudo resulta en la ausencia o irreconciliabilidad de los valores de la justicia y el orden. Cuando se produce la irreconciliación, debido a la falta de nivel legislativo o elección deliberada, el valor de la justicia a menudo se sacrifica para lograr el valor del orden. Esta es la causa de la ley debido a la falta de conciencia jurídica pública y la razón fundamental.

Unknown dijo...

Como estudiante me parece un artículo de interés en cuestión a derecho y el periodismo, aquello que nos concierne. Como ciudadana de este país también me parece de gran ayuda este texto, su división en aquellos fallos y su desglose en ejemplo resulta de fácil comprensión.
Uno de los primeros temas que me llama la atención de la introducción de este texto, es el nombramiento de la corrupción política y dentro del sistema judicial. Creo que es una gran tara a la hora de tener un buen sistema judicial y una de las mas importante para desligarse del poder político.
He decidido destacar tres partes importantes del articulo:
En primer lugar, la importancia del ciudadano, tanto de aquel que forma parte del Sistema Judicial como del ciudadano de a pie. Los ciudadanos necesitan la justicia para poder defender sus derechos peor también ellos son juzgados, mueven el sistema judicial. A asu vez, los ciudadanos que si forman parte del Sistema Judicial deberán tener la perfecta formación y la implicación necesaria para constituir la base de la Justicia. Por suerte o por desgracia, no tengo en mi entorno más cercano a ningún conocido que haya estudiado derecho o ejerza para ello, pero si veo necesaria la voluntad de querer crear una red de justicia digna y licita para la ciudadanía española.
Para continuar, me ha hecho reflexionar el vínculo política justicia; citando el articulo recomendado de “El rapto de la Justicia”, en él se hace referencia a que se perdió el sentido de la justicia al dejarla en manos de la política. Las mayores decisiones dentro del ámbito de la justicia tienen que ver con política la cual es una de las mas variadas en los tiempos actuales. Creo que es el punto donde habría que reflexionar con detenimiento y donde se podrían hacer cambios.
Por tercero, la cuestión de la cantidad que se legisla y el tiempo que se tarda en hacerlo, pese a no tener conocidos involucrados en la justicia si tengo una abundancia de lo contrario. Para gente de mi entorno es muy difícil entender de forma general y mas aun los entresijos del funcionamiento de la justica, sus límites y todas sus condiciones. Siempre he oído muchas quejas sobre por qué se tarda en determinados asuntos y por qué no acaban nada en otros. Creo que es un problema de la transparencia de la justicia, la accesibilidad a ella y un problema del ciudadano puesto que se le atribuye dificultad a la razón de entender la justicia, cuando esta es la condición para poder ejercer ese derecho de ser ciudadano.
Como conclusión, volver a destacar la buena ejecución de este análisis de los errores a modo de articulo, su función en hacernos reflexionar y las diferentes opciones que alega para hacernos pensar en aquello que para nosotros es justicia y como nos gustaría que fuese esta siendo nosotros usuarios y cumplidores de la misma.

María Prados Flores - Estructura Constitucional 2ºC (409) dijo...

María Prados Flores - Estructura 409 - 2C

La autocrítica es imprescindible para avanzar y este artículo es ejemplo de ello. Poner sobre la mesa aquello que falla para poder cambiarlo es indispensable y más en lo relativo a algo tan fundamental como es la justicia de un Estado. Por supuesto, estoy de acuerdo con lo aquí expuesto.

Sin embargo, yo creo que añadiría un apartado más, “el número 0”. No es otro que el relativo a la educación en justicia de los españoles.

En los colegios españoles no se enseña derecho y, en consecuencia, la población es ajena a toda la jurisprudencia del país a pesar del famoso “Ignorantia juris non excusat”. Es cierto que los programas educativos están muy al límite y el pretender que seamos una especie de hombres renacentistas que todo lo saben es una quimera, pero tener a la población en el sumo desconocimiento es un perjuicio para la misma. La ignorancia es, como diría Chomsky, una de esas “armas silenciosas para guerras tranquilas”.

Con esto no me refiero que toda la población tenga que ser licenciada en derecho ni mucho menos, pero si que considero que la educación básica debería contemplar unas nociones elementales que, al menos, permitiera que la sociedad pudiera analizar la vida pública desde el prisma del derecho. No pido mucho, pero qué menos que un mínimo de acercamiento a la Constitución Española la cual para muchos españoles es totalmente desconocida.

Para ello me pongo a mí misma como ejemplo. Hasta que no he llegado a la universidad no he tenido prácticamente contacto con el mundo jurídico. Además, esto ha ocurrido porque los estudios de comunicación están en cierta manera relacionados con ello. (De hecho, a mi juicio ser periodista y no conocer la ley es casi tan absurdo como ser escritor y no saber escribir). De haber estudiado otra cosa, no hubiera conocido nada de esto de no ser por iniciativa propia. Y fiarse de la voluntad propia en un país como España es tener mucha fe.

Antes de estudiar derecho, lo que decían los medios de comunicación sobre un hecho concreto parecía poseer la verdad implícita. Ahora siempre intento buscar una ley, un artículo en la Constitución que lo atestigüe. Mismamente, hace pocos días salía en los telediarios que había universidades que daban las clases por finalizadas. A mí mente vino el artículo 27 de la Constitución Española y las competencias del gobierno en caso de Estado de Alarma de la Ley 4/1981. ¿Cuánta gente se habrá parado a leerla aún inmersos en ello? Y reitero, no hace falta que seamos todos abogados, de hecho, considero que mi conocimiento del derecho es mínimo, pero me parece indispensable que se cree una cultura jurídica en la sociedad española desde la base.

Por otra parte, pretender que eso salga del pueblo me parece que cae en el clasismo intelectual y la pedantería. Debe ser el gobierno el que asegure la instrucción de la misma, pues ser analfabeto no es simplemente sinónimo de “no saber leer”. Por desgracia, por todos es conocido la incompetencia histórica de las fuerzas políticas de este país en lo relativo a las leyes de educación.

Partiendo pues de aquí, abordar las contrariedades que se exponen en el artículo no sé si sería más sencillo, pero al menos, no partiríamos de argumentos como “la justicia en España no existe” o “la justicia es para los ricos” que aún con cierta verdad detrás, no dejan de ser falacias que nada aportan a la solución del problema.

Beatriz Madrueño Hernández dijo...

Estoy de acuerdo con los problemas citados en el artículo y en mi opinión creo que uno de los problemas más graves a recalcar sería la pérdida de confianza de la ciudadanía en la justicia debido, en mayor parte, a una falta de conocimiento de la materia y en segundo lugar, a la realidad que percibimos como por ejemplo la lentitud en los procesos judiciales.
Todos los problemas citados son una realidad que hacen acrecentar la desaprobación de la población. Hacen falta cambios y principalmente todo esto comienza desde la educación en colegios e institutos donde básicamente no existen clases específicas dedicadas a explicar cuáles son nuestros derechos y deberes fundamentales. El error llega cuando no se sabe lo que hay que cambiar porque no se tiene un conocimiento previo.
A lo largo de los años, como viene citado en el artículo, la justicia se ha hecho más transparente pero de poco sirve si el lenguaje utilizado por la misma es ininteligible para el pueblo que hace que se aleje más de la justicia y no sea capaz de entenderla.
En resumen, la justicia debería cambiar pero primero debería ser comprendida y enseñada desde el principio.
Beatriz Madrueño Hernández

Raúl Pérez Martínez- Estructura Constitucional 409 dijo...

España es un país que sigue anclado a una Constitución que bajo mi punto de vista necesita una reforma, y como no el ámbito de la justicia debe ser tocado.
Como se recoge en el artículo, María Peral hace una reflexión sobre los distintos puntos sobre los que se debería realizar un cambio y que a continuación yo también comentaré.
1. Falta de implicación de los operadores jurídicos: esta falta de implicación está motivada por una pérdida de prestigio y de valoración por parte de la propia población, lo que hace que sus retribuciones y su propio prestigio se vean perjudicados. La influencia de la política en la vida judicial y la intromisión de los medios de comunicación en cientos de casos ha provocado que la propia población quiera participar de alguna manera en la vida judicial, sin tener conocimiento de las bases de la justicia en España.
2.Falta de voluntad política. Durante las ultimas campañas políticas el tema de la justicia ha sido muy sensible ya que la cuestión de la prisión permanente revisable ha levantado muchas ampollas. Las promesas normalmente no se cumplen y la dificultad de introducir nuevas medidas dentro de la justicia debido a la complejidad de nuestro sistema hacen que la política juegue un pequeño papel en la Justicia.
3.Tres patrones para la Justicia. Que las CCAA tengan sus propias competencias en Justicia hace que cada una de ellas tenga sus propias directrices, y estas no tengan que coincidir con la de los demás. Esto hace que no exista un sistema judicial único y por lo tanto no todos seamos iguales ante la ley dependiendo del lugar en el que estemos.
4. Se legisla mal y demasiado. Que existan tantas normativas a seguir desde la UE, las CCAA y del propio sistema Judicial español y unas se contradigan a las otras, hace que impartir Justicia en España sea complicado. Por otra parte el número de trámites que han de seguirse hace que se ralentice aún más y por ello esta sea criticada.
5. Politización de la Justicia. Que los propios partidos y sus lideres designen puestos tan importantes del Poder Judicial hace que la separación de poderes no exista y que la justicia quede muy influenciada por los ideales políticos.
6. Tensión entre Tribunal Supremo y Tribunal Constitucional. La confusa separación de ambos tribunales y el poder corrector que tiene el Constitucional hace que existan tensiones entre los numerosos tribunales el Tribunal Constitucional.
7. La litigiosidad excesiva. La facilidad para abrir un expediente en España hace que la Justicia se colapse fácilmente, algo que en comparación con otros países, en estos no sucede. Esto provoca lo que recoge el punto 8, la lentitud de la Justicia.
9. Una Justicia desigual. Las distintas sentencias a un mismo delito se deben entre otras cosas a las numerosas leyes que existen y se contradicen entre ellas y a la falta de centralidad en la Justicia, ya que la división de la Justicia en las distintas CCAA hace que existan distintos criterios que se apliquen a la hora de elaborar una sentencia.
10.Falta de transparencia de la Justicia. Es algo en lo que los últimos años se ha mejorado y bastante, con las diferentes leyes que los ciudadanos reclamaban, pero no solo se reclama transparencia en cuanto a datos, sino que se reclama transparencia en cuanto a lenguaje. Cada juez tiene su propia manera de hablar y de proclamar las sentencias, pero no siempre son claras y pueden dar lugar a
equivocacones.

Christina Thykjaer dijo...

Me ha parecido muy interesante el artículo y estoy completamente de acuerdo con los problemas de la Justicia en España que ha señalado. Pero, sin duda, creo que el gran problema es la politización del poder judicial. La separación de los poderes es imprescindible en una democracia y en un Estado de Derecho. Según datos ofrecidos por la Comisión Europea en 2018, España es uno de los países europeos cuyos ciudadanos menos confían en la Justicia por la falta de independencia a las presiones del Gobierno.

No es buena idea poner la Justicia en manos de los políticos. Cuando no puedes ser elegido juez del Tribunal Supremo sin el apoyo de los partidos políticos, hay un claro conflicto de intereses. Además, la Justicia no puede verse perjudicada si hay un bloqueo político y, desafortunadamente, en España hemos vivido ya bastante tiempo con una Justicia muy afectada por la situación política. La gran falta de voluntad política tampoco ayuda a mejorar la situación. A pesar de que el GRECO (Grupo de Estados contra la Corrupción del Consejo de Europa) ha advertido varias veces sobre la supuesta ‘politización’ de la Justicia española durante los últimos años, nada ha cambiado.

También me ha llamado a la atención el punto sobre la lentitud de la Justicia porque, como bien ha señalado, una Justicia lenta es injusta. Y con un sistema injusta y poco transparente, la población jamás se fiaría de él. Sin duda, no sólo es debido al gran volumen de trabajo, sino que también hay un problema organizativo que se debe atender. Y cuánto antes se resuelvan, mejor. ¿Cuánto tiempo podemos permitirnos seguir con un sistema que es completamente injusto?

Álvaro Moreno Torija dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Álvaro Moreno Torija dijo...

Álvaro Moreno Torija- Estructura Constitucional (409)

Está claro que la Constitución debe someterse a ciertos cambios y algunos de ellos de forma profunda e inmediata, pero quizá la justicia sea uno de los puntos más urgentes.Creo que el artículo toca todos los temas de interés y quedan perfectamente reflejados todos aquellos puntos negativos de la justicia que a día de hoy deberían tomar otras direcciones.

En una sociedad como la nuestra y viviendo en pleno siglo XXI, no se debería concebir el hecho de que una persona por tener una cierta posición social o tener contactos de altos cargos, la justicia retrase su ingreso en prisión intentando buscar pruebas de inocencia que no existen. Mientras que una persona cualquiera que pueda cometer un delito menor su tramite de ingreso sea casi inmediato, esto es uno de los miles de ejemplos que podríamos poner sobre la ‘Justicia injusta’ que vivimos en España, como bien dice el profesor Manuel. Ejemplo ligado al punto número ocho mencionado en el artículo, la ‘lentitud de la justicia’, esa demora a la hora de impartir justicia que debería ser intolerable en estas fechas.

Un término que creo que es de vital importancia es la confianza. Y es que la confianza que tienen los ciudadanos en la Administración de Justicia está actualmente por los suelos. Según unos estudios del CIS la mitad de los españoles considera que la justicia en España funciona mal o muy mal, apenas el 20% opina lo contrario. Todo esto se debe a que la justicia en nuestro país ha estado continuamente politizada.

Por otra parte, existe una Dirección General para la modernización de la Justicia, institución que casualmente o no tan casualmente casi nadie conoce. En definitiva, no parece que haya una verdadera voluntad política de solucionar el problema de la Justicia en España, más que nada porque no interesa a nivel político.

Para finalizar me quedo con una frase de Javier Goizueta (abogado y analista financiero. Especializado en derecho mercantil) en la que compara una representación teatral de un cuento con la situación política actual diciendo que: ‘los ciudadanos seguiremos lanzando monedas a nuestro actor favorito, al que más nos entretenga o al que menor desconfianza genere, sabedores de que ninguno de los actores tiene, en realidad, verdadera voluntad de desvelar el final’.

Alex dijo...

Alejandro Medina Rojo-Estructura Constitucional 2ºC (409)
Desde mi punto de vista personal, opino que no puede estar mejor resumido los grandes problemas que atraviesa nuestra justicia. Sin embargo, creo firmemente que la mayor parte de los ciudadanos somos conscientes de estos problemas. Tal vez, la reflexión debería pasar por preguntarse, ¿quién realmente debe percatarse de estos obstáculos?, ¿existe cierta ignorancia por parte de aquellos que controlan el poder judicial a cerca de estas calamidades expuestas o no interesa debatir sobre las mismas?

Para contestar estas preguntas, quiero recalcar el punto 5: la politización de la justicia. Esta simbiosis entre justicia y política es más peligrosa de lo que podemos imaginarnos. Tal como se resumía en uno los varios apartados que contiene el punto 5, que la política tenga derecho a elegir jueces y magistrados del CGPJ, es el ejemplo más claro de este hecho y de que no existen tres poderes bien definidos. Bien es cierto, que nuestra constitución no contempla la separación de poderes y es aquí, desde mi punto de vista, el epicentro de todos los problemas judiciales. Este hecho ha permitido que la política abarque el terreno que le pertenece a la justicia. ¿Por qué? Porque es una forma de velar por los intereses particulares sobre todo en casos judiciales mediáticos y vinculados de forma indirecta a la política. En este punto quiero recoger unas declaraciones que hizo el presidente de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez cuando ocurrió el 11-M: “No te llama el político, pero si el amigo del político. Te tientan”. Las conclusiones a las que llego es que la justicia es utilizada de forma sibilina por los políticos para asegurarse una buena imagen, para que no salpique a su partido la “información podrida” olvidándose claramente de cual es su propósito principal que es, como su nombre lo indica, impartir justicia, correcta y sin ningún tipo de influencia política. Todos estos hechos nos llevan a una respuesta contundente: no interesa debatir los problemas de la justicia por la primacía de la imagen sobre el hecho en si.

Desgraciadamente, la intromisión de la política en la justicia no es el único aspecto deficiente que posee. El art 47 de la constitución española sostiene el derecho del ciudadano a una vivienda digna. Corresponde preguntarse, ¿Se ha preocupado la justicia por materializar este derecho en la práctica? La respuesta es no. Una encuesta del Instituto Nacional de Estadística realizada en 2012 informó que 22. 938 personas carecen de vivienda digna. Hablamos por tanto de una violación de un derecho reconocido por la constitución. ¿Se ha preocupado la justicia por solventar esta crisis? Esto es tan solo uno de los muchos errores que podemos encontrar en la forma de practicar justicia. Otros defectos a destacar, podría ser sentencias de delitos graves, demasiado blandas, pasividad de la justicia frente a los okupas, custodias sobre los hijos... Si nos ponemos analizar detalladamente nuestros sistema judicial, encontramos una conclusión clara: falta un recorrido largo para asegurar a los españoles una justicia correcta, transparente y sensata. Pero, ¿quién debe preocuparse por esta cuestión?

Gabriela Moreno dijo...

ESTRUCTURA CONSTITUCIONAL DEL ESTADO ESPAÑOL - 420
Gabriela Moreno Cimas

La justicia en España no es justa, estoy completamente de acuerdo con este artículo. Antes de comenzar a exponer argumentos, cabe destacar que esta entrada fue escrita en el año 2013, siete años después la justicia sigue siendo igual o peor, esto es un claro ejemplo de que nada ha cambiado.
La justicia no es equitativa y en ella se reflejan las desigualdades sociales que existen en el país. Como ejemplo, podemos hablar de un problema entre un civil y un cuerpo de seguridad del estado, aunque haya pruebas y testigos acusando al policía o militar, es más probable que se acuse al civil.
Otro ejemplo lo podemos ver en el caso de La Manada y la Audiencia de Navarra. Condenaron a los hombres por abuso sexual, en vez de por violación obteniendo así menos años de prisión. La sociedad avanza y con ello deberían también de avanzar las leyes que han podido quedarse obsoletas. En este caso, se les dejó en libertad provisional y argumentaron que lo hicieron porque se ajustaba al Derecho. En mi opinión, se debió de tener en cuenta la situación que se está viviendo con la posición de la mujer y no basarse en leyes que se aprobaron con una mentalidad que no es la de ahora.
Otro de los ejemplos en los que podemos ver que la justicia no es justa, es en el caso de Tribunal Supremo de España el que judicializó el impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD), ya recurrido por miles de españoles ante los tribunales con la finalidad de que sea la banca la que pague este y otros impuestos de préstamo hipotecario. La estimación judicial de que no pague la banca fue declarada frente al resto de opiniones de políticos, organizaciones judiciales y consumidores como un error jurídico histórico que deja sin justicia del Supremo y en el desamparo a los contribuyentes españoles, sabiendo, además, que ya pagaron los clientes los demás impuestos hipotecarios para que ahora el alto tribunal dicte que no debe pagarlo la banca. La justicia que esperaba el pueblo español no ha sido la de una toma de compromiso en nombre de la gente. Así, el Supremo ha dejado indefensas a las personas que pidieron un préstamo
En definitiva, considero que la justicia española está muy lejos de ser justa y que debemos hacer una gran reflexión y sobretodo hacer un cambio.

Antonio Jesús Alcalá Perea dijo...

Este artículo que no deja ningún tema por comentar, me parece muy verídico. No puedo estar más de acuerdo con lo que se dice en él.
La ineficacia, la lentitud y la apariencia de politización son tres de los grandes problemas con los que se enfrenta la justicia. Esto hace que la sociedad cada vez esté más defraudada con ella. Tampoco creo que ningún Gobierno la haya abordado, desde siempre ha sido muy marginada. La pasividad de los políticos hacia tal creo que les ha convenido muchísimo. España está muy lejos del número de jueces por habitante dentro de la Unión Europea, esto hace que haya muy poca agilidad, aunque pienso que el problema no es que haya menos jueces, (que es bastante grave), el problema sería que se debería reformar los modelos organizativos.
Otro problema que abordamos, es que no se invierte en justicia. Este motivo hace que quede muy obsoleta, ya que sin financiación no se puede modernizar y sin tales modernizaciones no hay mejoras. Se tendría que hacer un plan donde estén de acuerdo los partidos políticos, lo tendríamos difícil, pero si esto fuese así, debería durar varias legislaciones y que no se lleve por el ninguneo de siempre.
También, la ignorancia que tenemos los ciudadanos hacia la justicia es otro gran problema, pues cómo se ha dicho en un comentario anterior, en nuestra enseñanza educativa nunca nos han enseñado nada de derecho, y en las universidades apenas los alumnos acogen estas asignaturas, por lo que quedan desamparadas.
Otro punto que comentar, sería hacer de la justicia española un modelo nacional y no federal. Me explico. Al día de hoy cada Comunidad Autónoma tiene sus propias leyes y un modelo organizativo diferente, por lo que muchas veces lleva a la confusión. Esta fragmentación debería de finalizar. Por poner un ejemplo. Nos encontramos con el Impuesto de Sucesión. Este no es el mismo en cada comunidad. En Andalucía, durante años se ha tenido que pagar cantidades enormes de dinero por aceptar la herencia de un familiar fallecido. Tal era esto que muchas familias, preferían no aceptar dicha herencia, ya que perdían más que ganaban. No les era rentable. Lo que veo más conveniente, sería que las Comunidades Autónomas y partidos políticos, estuviesen en perfecta armonía para elaborar dichos cambios, para que así beneficien a los ciudadanos.
Para finalizar, otro tema que discutir es que los gobiernos se han olvidado de sus ciudadanos. Esto es un problema que estamos viviendo en los últimos años en el país. Siempre se ha mirado más el dinero que a la sociedad. Por eso creo que lo primero que debe mirar la justicia es a las personas.
Antonio Jesús Alcalá Perea.

Andrea dijo...

ESTRUCTURA CONSTITUCIONAL DEL ESTADO ESPAÑOL - 409
Andrea Moreno Díaz

La justicia, se supone, debe ser equitativa, ecuánime y proporcional.
Pero los juzgados se encuentran repletos de casos en espera, los trabajadores judiciales en descontento, y parte de ellos, reclamando una reforma judicial.

En estas condiciones, ¿es en realidad la justicia "justa"?

El Consejo General del Poder Judicial se encarga de nombrar y cesar a los jueces, y ellos tienen la obligación de imponer las penas dependiendo del grado del delito, pero, cuánto más grave sea este (un delito fiscal o un fraude de evasión de capitales) mayores serán las dificultades y los retrasos.
Por tanto, la posibilidad de obtener pruebas de cargos suficientes para realizar una condena es indudablemente superior para aquellos que han cometido delitos inferiores.

Por otro lado, se encuentran las tasas, todos los individuos deberían de poder acceder a la justicia, o "tutela judicial efectiva", pero realmente no es así. El poderoso siempre tiene un "plus" de inocencia, ya que dispone de más medios a la hora de acceder a un abogado mejor, y por tanto, a una mejor defensa.

Para concluir, efectivamente sí estoy de acuerdo con las consideraciones que ha tomado el autor, Manuel Sánchez de Diego, al valorar la falta de cumplimiento de la Justicia Española y las muchas medidas que harían falta para que los ciudadanos se sientan, efectivamente, protegidos respecto a sus propios derechos y bienes.

Javier Rodríguez Higuero dijo...

Desde luego, y como bien resume este artículo, la Justicia en España tiene grandes problemas que deberían atajarse cuanto antes mejor. Me gustaría ofrecer mi comentario sobre algunos de los puntos que aquí se discuten.

En primer lugar, es cierto que la Justicia sufre el desencanto de una parte de quienes participan en ella. El Derecho, al menos en esta generación, se ve muchas veces no como una profesión vocacional sino como una salida asequible para aquellos estudiantes de una rama social o de humanidades que no saben bien por dónde continuar sus estudios. No ayuda tampoco que muchas familias insistan en que sus hijos se decanten por el Derecho para continuar un legado familiar, una firma, un bufete... en vez de señalar las bondades que, como cualquier otro, tiene este oficio.

Al hablar de la litigiosidad excesiva, se me viene a la cabeza una charla de Iñaki Gabilondo en la que el periodista insistía en que nos hemos malacostumbrado a pensar que podemos hacer todo aquello que no aparezca en el Código Penal o en el Código Civil; es decir, nos preocupamos más por ver si aquello que pretendemos hacer está tipificado como delito que por desarrollar una ética que guíe nuestra acción. Por supuesto que es necesario señalar los fallos inherentes a la Justicia, pero no podemos olvidarnos de aquellos que cometemos nosotros al estar sujetos a ella. Esta conducta por supuesto tiene consecuencias negativas: si nuestros legisladores tienen que preocuparse por evitar las trampas que intentamos cometer, les estamos robando tiempo que podrían invertir en otros asuntos quizás más importantes. De ahí deriva también parte de la lentitud de la Justicia.

Por último, quiero señalar la que yo opino es la consecuencia de acumular todos estos problemas: la pérdida de confianza en la Justicia. Al igual que puede ocurrir con la política, nuestras sociedades han dejado de confiar en el poder de la Justicia por el cúmulo de todos los puntos señalados en el artículo (lentitud de los procesos, politización, desigualdad, falta de transparencia...), lo que no solo la desvirtúa, sino que hace que los ciudadanos no se preocupen por enmendar los problemas que sufre

Andrea Llamas Montiel dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con los problemas de la justicia planteados en el texto.
Quizá uno de los grandes conflictos sea la vinculación política además de la justicia desigual y la lentitud de la misma. En relación a la política, la justicia puede verse afectada por la ideología y como recalcó José María Carrascal "la única ideología de un juez es el código que tiene que aplicar" y "no se deja influir por nada ni por nadie". Respecto a este tema, me gustaría reflejar una noticia que he encontrado del 2008 sobre la elección de José Luis Rodríguez Zapatero de proponer a Carlos Dívar como nuevo presidente del Consejo General del Poder Judicial, decisión que no sentó nada bien entre los jueces llamados progresistas porque le veían un magistrado "más bien conservador y muy beato". Aunque el ex presidente socialista no esperara a que los vocales eligieran a su presidente, me parece que la protesta de los jueces no es muy competente, ya que como he mencionado anteriormente se dejan llevar por ideologías, no por su trayectoria profesional y su credibilidad en el ámbito jurídico, pues pienso que para esta labor hay que ser objetivo y guiarse por el código que tienen que aplicar.

Por otro lado, dudo que según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) el 77,4% de los españoles consultados el año 2011 estuviesen equivocados al estar de acuerdo con que la Justicia no trata por igual a ricos y apobres, ven más favorecidos a los ricos, políticos y poderosos. Este debate también se ha visto incitado debido a los medios de comunicación, puesto que al tener relevancia mediática como ocurrió con el Caso Noós, se supo que la Infanta Cristina salio exenta aún habiendo firmado los documentos que le presentaba su marido, pero su declaración se limitaba a que los firmaba sin leer. Esta entre otras cuestiones da de qué hablar a las personas y hace que se critiquen las decisiones de la Justicia, porque desde mi punto de vista si una persona anónima se encuentra en esta situación, le habría caído lo más seguro pena por delito fiscal.

Por último, me gustaría destacar uno de los pilares de que la Justicia, como dice el título de este texto, sea injusta: la lentitud. Un caso mediático puede servir de gran ejemplo para plasmar lo que tardan las resoluciones judiciales: el de la Gürtel, pues se tardó 10 años en dictar sentencia. Según una página de un medio de comunicación que he visitado, comentan que todo ello tiene una explicación y es que España tiene la mitad de jueces y fiscales que la media de la de los países de Europa. En 2016, el diario El País explicó la situación preocupante que se vive debido a que España en esa época tenía 5.800 jueces, 5.500 en activo lo que supone 12,5 por cada 100.000 habitantes, bastante lejos de los 21,6 de media de la Unión Europea. Por ello, seguramente muchos coincidimos en que se necesita aumentar el número de trabajadores judiciales.

Nuevamente el CIS publica resultados: el 48%, casi la mitad de los españoles encuestados considera que la Justicia española funciona "mal" o "muy mal" debido, entre otras circunstancias, a la lentitud de esta en todas la etapas del proceso, desde la instrucción del sumario, las investigaciones y toma de declaraciones a las partes y testigos a las distintas vistas orales.

A modo de conclusión, dejo una reflexión del periodista José María Carrascal, que al leer su columna "El rapto de la justicia" me ha parecido interesante compartir en este análisis. Éste menciona que si tuviéramos más jueces que no se dejan influir, sin otra agenda, ambición o guía que hacer cumplir la ley, los políticos españoles sabrían que tendrían que dar cuenta de lo que hacen, los poderosos sabrían que nadie les salvaría de sus desmanes y los españoles sabríamos que las leyes están para cumplirse.

Andrea Llamas Montiel

María Luque Jiménez dijo...

María Luque Jiménez – Estructura Constitucional (409)

Un artículo muy interesante en referencia al tema tratado y objeto de debate, a mi parecer. Estoy de acuerdo con la perspectiva del autor, Manuel Sánchez de Diego, pero, a mi parecer, en algunos apartados falta profundidad para entender realmente cuáles son los motivos que llevan a establecer ese diagnóstico.

Debido al interés personal que tengo hacia este asunto y la inquietud que me produce, me gustaría profundizar sobre algunos puntos del artículo para ofrecer mi punto de vista más extendido.

En primer lugar, una cuestión que capta mi atención es la falta de implicación de los operadores jurídicos y, la mala legislación y abundante. En este escenario, los Juzgados de lo Social se llevan la peor parte. La sobrecarga de estos juzgados es crítica y ha sido repetidamente denunciada por jueces y magistrados, y por los profesionales que trabajan en ellos. La percepción positiva de la ciudadanía respecto al funcionamiento de la administración de justicia tendría que ser una obsesión para cualquier grupo político, en lugar de ser la eterna asignatura pendiente. Por otro lado, el turno de oficio es mi principal preocupación desde que soy consciente sobre el tema jurídico, el cual, a pesar de ser un servicio público no cuenta con una defensa adecuada, la mayoría de los abogados de oficio llevan más causas de las que pueden abordar, por no hablar de la escasa retribución que se les da, generando así errores en la defensa, es decir, hay pruebas que no se tienen en cuenta en los juicios por la falta de tiempo para prepararlos y por tanto, no se puede proporcionar una defensa justa, lo cual da lugar a condenas injustas.

En cuanto a las Administraciones Públicas, sacan una importante tajada de la inseguridad jurídica que ellas mismas generan y de las consiguientes confusiones y errores de sus administrados. Cuando las normas son pocas, claras y fácilmente entendibles todo el mundo sabe lo que tiene que hacer, y las infracciones no intencionadas se reducen enormemente. Pero cuando las normas son muchas, malas y contradictorias, y las diferentes regulaciones sobre una materia concreta admiten dispares interpretaciones, es donde los gobernantes se colocan en ventaja para poner de manifiesto su poder, estar en disposición de perseguir administrativa o incluso penalmente a sus enemigos políticos o económicos, reprimir conductas que no les agradan o interesan pero que no tienen fácil encaje en ninguna norma sancionatoria y, fundamentalmente, hacer caja para pagar sus habituales desviaciones presupuestarias.

Sobre la lentitud de la justicia, por mucha prisa que el juez, el LAJ o los funcionarios quieran darse, las pruebas periciales informáticas pueden tardar 1 año, la policía científica está colapsada por falta de medios, un informe de ADN para verificar la autoría de una violación o asesinato puede tardar más de 8 meses, las administraciones investigadas no colaboran fácilmente con el juzgado, un informe psicosocial de familia tarda en ocasiones 1 año y medio, etcétera. Los juzgados reciben mucho más de lo que pueden asumir.

En conclusión, la credibilidad en un sistema de justicia empieza con la posibilidad de poder ejercerlo con inmediatez, eficiencia y seguridad, y si ello no se puede garantizar, habrá que elaborar una solución a estos problemas tan evidentes de la forma más rápida posible dado su grado de importancia.

Melanie Molina dijo...

Como bien dice el articulo los ciudadanos debemos de confiar en la Justicia como ultimo recurso para proteger sus derechos y bienes, pero obviamente tal y como cita el texto hay bastantes problemas que hace que hagamos todo lo contrario y no confiemos en ella ya que en gran medida no es justa.

Las medidas que se recogen en el texto abordan extraordinariamente lo que perfectamente necesita nuestro país para que los ciudadanos podamos confiar y apostar más por la Justicia, donde se podía empezar tratándola con total transparencia y dejando de politizarla.

Además de las dos soluciones citadas anteriormente también cabe destacar lo mal es legislada tanto por los juzgados como por los tribunales. Es por ello por lo que uno de los principales problemas de España es que no se cumple la ley haciendo que así no podamos ir a ninguna parte y mucho menos avanzar .En cuanto al punto 6 del texto tiene que ver con este aspecto ya que politizar la Justicia no significa que los políticos sean juzgados por incumplir las leyes, sino que los jueces, en el ejercicio de su cargo, tomen decisiones que son propias de los políticos, de los representantes del pueblo, vulnerando así un principio clave del Estado de derecho, el de la independencia judicial, según el cual la función judicial consiste únicamente en aplicar la ley y sólo así puede justificarse que el poder de los jueces es democrático. Y solo ahí cuando los jueces actúen con los métodos objetivos de la racionalidad jurídica entonces se podrá hablar de ella.
Finalmente es triste que hoy día los ciudadanos no podamos confiar en la Justicia, cosa que nos debería de respaldar mas como seria en la violencia de género, en las denuncias falsas e incluso en las custodias de los hijos donde a padres, no siempre sin motivos, se les prohíbe a sus hijos. Mientras que todos los puntos que se han desarrollado en el texto, o al menos poco a poco algunos, porque si algo es seguro es que de la noche a la mañana no se pueden cambiar, por lo que debería replantearse por el bien de todos, la justicia de este país, y acercarnos lo mas posible a que sea: JUSTA.

María Peinado Lafuente dijo...

ESTRUCTURA CONSTITUCIONAL DE ESPAÑA GRUPO C

En mi opinión creo que la justicia tiene los problemas que se describen.Es una justicia lenta, que cuando llega a veces es tan tarde que termina siendo injusta.

Además, estoy de acuerdo en las 10 razones que de forma detallada se destacan como determinantes de una justicia injusta.

Pero lo que haría para mejorar la justicia sería:

-darle una mayor independencia al poder judicial,existen tres poderes totalmente delimitados:poder ejecutivo,legislativo y judicial. Creo que no se debería tratar de influir en las decisiones judiciales cuando estas afectan a personas que tienen cargos políticos o se dictan sentencias que no son las que se esperaban. No se debe "cuestionar públicamente" las decisiones judiciales, estas "se deben acatar" por todos los ciudadanos, sin distinción. Esto daría más seriedad de cara a la opinión publica.

-Mayor responsabilidad de cada uno de los intervinientes en el procedimiento judicial (jueces, fiscales, procuradores, abogados...) esa falta de entusiasmo o falta de profesionalidad hacen también que la justicia sea lenta. Los pueden dotar de medios modernos pero si los que intervienen en el procedimiento no los "activan", seguiremos teniendo una justicia lenta.

-Sancionaría al juzgado que tarde más de lo estipulado en la Ley para desarrollar un procedimiento judicial.

-Y por ultimo, evitaría juicios paralelos en los medios de comunicación, dar la noticia pero sin caer en la sobre información a los ciudadanos, hay que intentar darles la sensación de que la justicia es tan seria como lo es la Ley o el Gobierno.

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...a este blog en donde trataremos de aportar ideas para mejorar el Estado Constitucional Español.